5. Voy ayudarte.

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La noche no fue tan divertida como esperábamos. Pero teniendo en cuenta todo lo que nos ha sucedido, la idea de ir a dormir es la mejor. Dentro de las cajas que Gally nos había dejado, efectivamente, encontramos ropa para ambas. Mientras que me cambio, me doy cuenta que la transformación es completa y no solo es la cara.

*¡Maldición! ¡Mis tatuajes ya no están! *

Mi queridísima hermana, mira mis brazos y luego mi cara, para comenzar a reír.

* Con suerte en el futuro podrás hacerte más *

Tal vez... si sobrevivimos a todo a lo que deberemos enfrentar, pero ese comentario prefiero guardármelo para mí.
Me acuesto del lado izquierdo de la cama y cierro los ojos. Al poco tiempo siento hundirse el otro lado de la cama.

*Mañana será un largo día, así que descansa*

*Tú también Gemma*

Suaves golpes en la puerta me despiertan y al abrir los ojos me doy cuenta que estoy en el borde de la cama. Mi pequeña hermana se ha estirado en la noche, empujándome cada vez más. Suspirando me siento y ató mejor mi cabello y me acerco abrir la puerta encontrándome con Alby.

- En 10 minutos nos vemos afuera - me dice a modo de saludo.

- Okey.

Cierro la puerta y me acerco a Maia para sacudirla un poco. No cambio en esto, le sigue costando despertarse temprano.

- Maia, tenemos diez minutos para bajar.

- Es temprano para ir a la escuela - me dice volteando.

- Corazón, ya no estamos ahí, recuerda que debemos ir hablar con Alby.

Al decir eso enseguida se sienta en la cama y al verme, se da cuenta que lo que pasamos fue cierto. Busco algo de ropa cómoda, revolviendo las cosas encuentro un cepillo y doy gracias al que lo haya dejado ahí. En cinco minutos ya estoy cambiada y peinada y con suerte mi hermana me sigue el paso un poco más despabilada. En la entrada nos encontramos a nuestro líder esperándonos. En silencio lo acompañamos hasta subir en lo más alto del mirador, el sol apenas se está asomando y la calma del lugar hace este momento más placentero.

- Conozco sus dudas, he estado en su lugar - comienza él rompiendo el silencio - Normalmente mantenemos al margen mucha información a la gran mayoría y sobre todo a los novatos, pero ustedes son diferentes al resto, eso es claramente visible a la vista. Nosotros no sabemos quién nos envió aquí o por cual sea sus motivos. Solo sé que puntualmente una vez al mes esa caja sube con un larcho nuevo y con provisiones que necesitemos. Yo fui el primero en llegar y no fue fácil. Ya han pasado dos años y medios desde ese entonces. Se preguntaran porque aún continuamos aquí, y la respuesta a eso es que estamos en el centro de un enorme laberinto el cual cambia cada noche y salen enormes bestias a la cual llamamos "penitentes", nadie sobrevive una noche allí adentro - hace una pausa mirando como Minho y el resto de los corredores ingresan apenas las puertas son abiertas - Nadie tiene permitido salir de aquí, a excepción de ellos, los corredores, son rápidos e inteligentes, cada día ingresan y buscan alguna salida, pero hasta el momento, como han notado no hemos tenido suerte.

Ninguna de las dos esperaba que nos dijera toda la verdad de una sola vez, estamos muy sorprendidas y a la vez agradecidas, veo pura honestidad en sus palabras y también la confianza que nos ofrece.

- ¿Mucho que asimilar? - nos dice al ver que no tenemos palabras.

- Demasiado - le responde Maia.

- ¿Por qué Minho me quiere como corredora? - le pregunto.

- Se lo pregunte anoche y su respuesta es que lo impresionaste mucho y ve que podrías llegar a ser un excelente corredora - su respuesta no parece agradarle.

Una Odisea DimensionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora