30. Abandonen toda esperanza...

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N/A: Para quienes no vean la serie, la rubia es Jo y la otra mujer es Ellen, su madre. Ambas son cazadoras.

Bien, el primer encuentro ya ha sucedido. Ahora me toca esperar. Es asombroso el haberlos conocido, aunque no sea el mejor momento para ellos. Veo al sol a punto de esconderse cuando apago el motor delante del búnker. Al terminar de bajar la escalera, Dylan corre y se triepa de mis piernas.

-Hola pequeño, ¿me extrañaste? - le digo mientras que lo levanto.

- Sí mami - me responde abrazándome.

- ¿Y qué tal te fue? ¿Actuaste normal o pasaste vergüenza? - me pregunta Maia apareciendo junto con Newt.

- Soy una profesional, hermana - le respondo con gracia yendo a la sala.

- ¿Qué fue lo que pasó? - me dice él.

- Intervine en un ataque salvando a su amigo, es un primer paso para ganar su confianza. Aunque no va a ser fácil han pasado por tanto... hay un largo camino por recorrer.

- ¿Y cuándo será el próxima encuentro?

- Voy a darles un poco de espacio, les deje mi número pero dudo que me llamen - le respondo mientras que juego con Dyl - Pero dentro de un mes hay un enfrentamiento bastante... emmm... complicado y a ustedes los entrenaré más y seguirán estudiando.

- Te pones muy mandona hermana.

- Esto no es un juego Maia y el peligro aquí es muy grande y real, es por eso que deben escucharme.

- Okey, no te preocupes.

Un mes. Solo un mes ha pasado. ¿Qué tantos cambios pudieron pasar? Bueno, me he sorprendido bastante con lo rápido que han aprendido a defenderse o en disparar. También ya se saben de memoria el exorcismo y eso me tranquiliza. A causa de mi noche de corto sueño, mi padre aparece y nos escabullimos a una zona segura para entrenar con mis "habilidades", honestamente, soy un asco en eso. Él me explico que no debe ser lo mismo que un nefilim nacido, que uno elegido como yo. 

Mi único gran logro ha sido poder abrir un portal por mi cuenta. Es mi gran habilidad, puedo viajar hacia las dimensiones en las que ya he estado. Todavía no se lo dicho al resto, pero quiero sorprenderlos. A parte de eso, también me enseño como manejar las sanaciones en mi cuerpo para que no delate mi naturaleza. 

Extra- curricular, me he especializado con los hechizos que hay en los libros. De hecho, logre hacer un fuerte hechizo en la habitación que elegí para Dylan, básicamente, es una habitación de pánico. Consiste en que nadie pueda entrar sin mi autorización, ya sea humano o sobrenatural. 

A demás de que si la cierran desde adentro, solo yo puedo abrirla y a mi hijo le encanta su habitación como se la deje decorada con varios juguetes y libros. Ama que le lea un cuanto antes de dormir y sin que falta su canción, obviamente. Ayer releí los sucesos que están por ocurrir y sé que debo intervenir. En el entrenamiento de anoche le pedí a mi padre un par de cosas que necesitaría para esta misión y por suerte, no dudo en entregarme un bolso con varios jarrones con aceite sagrado y al menos cinco espadas de ángel. 

Esta mañana, con ayuda de ellos, hemos tallados al menos unas cincuenta balas con pentagramas en las puntas. Busco una pequeña bandeja de metal, le vuelco un poco del aceite sagrado y le tiro un fósforo, la llama es un poco alta pero me sirve. Busco la bolsa con los seis pares de lentes (de cristales transparente) que compre ayer y los paso rápidamente por el fuego uno por uno.

- No entiendo porque no puedo ir - protesta Maia.

- Porque Dylan no tiene edad para portar armas - le digo preparando el bolso de armas - A demás para la próxima misión, que es en una semana, iremos todos.

Una Odisea DimensionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora