76. EndGame (Maratón 3/3)

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Con un suspiro llego a la sala de mi casa y Derek junto con el resto, me están esperando.

- Los niños se encuentran jugando en su habitación con Boyd y Erica – me informa entregándome mi celular.

- Esta bien.

Abro el portal, siendo Cas y Dean los primeros en cruzarlo sosteniendo a Jack entre los dos. Unos pasos más atrás aparecen Sam y mi padre.

- Sientenlo en el sofá – les pido.

- Toma Gemma.

Mi padre me entrega su espada y un pequeño frasco.

- Preferiría que todos se retiren, no les agradara lo que verán – les advierto.

- Nos quedaremos – me asegura Derek, ya que ninguno intenta moverse de sus lugares.

- Solo recuerden que se los advertí.

Me acerco hacia donde se encuentra Jack, apoyo la espada en mi cuello y hago un pequeño corte.

- ¡¿Qué haces?! – grita Stiles.

- No interrumpas – lo regaña mi padre.

Acerco el frasco a la herida y lo lleno con mi gracia, antes de cerrar la herida. Se lo acerco a los labios, rápidamente lo consume y pongo mi mano en su pecho.

- "Vangongalun"

Los ojos de ambos resplandecen con la misma intensidad. Jack cae hacia el respaldo y yo al suelo, al menos por un momento hasta que Derek me levanta.

- Estoy bien – les digo – Jack está sanando, regenerando su gracia y estoy haciendo lo mismo – les explico – En pocas horas estaremos como nuevos.

- Gracias.

- Cas, jamás permitiría que algo malo le pase a mi sobrino.

La manada me da un poco de espacio para que me siente y Stiles se acerca para mirar mejor mi cuello.

- Tendré pesadillas por eso.

- Yo se los advertí y no me escucharon.

- ¿Cómo van las cosas por allá? – me pregunta Maia.

- Complicado. Ellos ya vieron lo que hubiera sucedido, solo falta que me den su confianza...

- ¿Qué tipo de pelea les espera? – agrega Dean al interrogatorio.

- Una brutal y épica guerra con alienigenas salvajes – le responde Stiles y desearía haberlo silenciado.

- ¿Qué? – me dice Derek con el ceño fruncido – Eso no me lo dijiste.

- Porque sabía que reaccionarias así – le respondo – Tengo un plan, funcionará.

- Podríamos ir contigo para ayudarte – agrega Scott y el resto parece estar de acuerdo.

- No – les digo firme – No es su pelea, iré solo yo...

- Gemma, somos manada... somos familia, tus batallas también son las nuestras – me recuerda Lydia.

Estoy por responderle, pero me quedo callada al escuchar varios pasos ligeros acompañados de risas.

- ¡Mami! – gritan los tres antes de lanzarse sobre mí.

Amo a mis niños, pero no estoy tan fuerte en este momento y se me escapa un quejido de dolor. Los gemelos retroceden de inmediato, pero Dylan solo se aleja lo suficiente para colocar sus manos en mis mejillas y observarme con su ceño fruncido. Es la copia de su padre.

Una Odisea DimensionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora