59. El derrumbe. (Maratón 1/4)

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Desde que me desperté hace cinco minutos sola en mi cama, he intentado poner un orden o sentido a mis pensamientos. Me molesta cuando todos los problemas vienen juntos. Aunque sería todo más fácil si los gemelos no fueran tan pequeños como ahora, que es cuando más me necesitan.

Un dúo de finos llantos, me sacan de mi nube de pensamientos. Me levanto enseguida y con un chasquido ya estoy lista para arrancar el día.

Al llegar a su habitación, me detengo un momento en la puerta para observar la situación. Derek camina de un lado a otro meciendo a uno y Maia hace lo mismo con el otro bebé. Aunque sus métodos no están funcionando en absoluto.

- ¿Ya comieron? - les pregunto.

- No te escuche llegar - me dice entregándome a Jared que enseguida detiene su llanto - Ambos ya comieron y al parecer solo quieren de tu atención.

- Me ausenté varias horas - le digo, para luego besar su frente y acomodarlo para que su carita este cerca de mi cuello - Derek, dame a Jensen.

Al igual que su hermano, Jensen deja de llorar en el momento en que su naricita está cerca de mi cuello. Les hago un gesto a ambos para que me sigan a la sala. Apenas termino de acomodarme en el sofá, escucho un ligero trotecito acercándose.

- ¡Mami!

- Buen día amor - lo saludo con una sonrisa y con mucho cuidado, se sube al sofá para besar mi mejilla y la frente de sus hermanos.

- Mami, canta nana - me pide rescostándose para usar mis piernas como almohadas.

- Lo que pida, mi pequeño Alfa.

Pensaba en solo cantar la versión corta, pero mis pequeños merecen más y le canto la versión completa. Para cuando termino, los tres están de nuevo dormidos y pegados a mí.

- Los tres te extrañaron.

-Lo sé y me preocupan - le digo a ambos - Dylan superaba el año cuando comencé con las misiones y en cambio, los gemelos no han cumplido aún la semana y descarto por completo la poción... todavía son demasiados pequeños.

- No debiste quitarme del trato - me regaña Maia.

-Tú no sabrías manejar la dimensión de nuestros hermanos, es muy complicada y no la conoces - le respondo en cambio.

- ¿Y aquí?

- De aquí nos iremos una semana antes de que todo comience y regresaremos al momento de la pelea - le contesta Derek - No arriesgaremos a los cachorros.

- Bien, con los larchos ambientaremos un lugar para los cinco - nos dice más relajada - ¿Qué pasó ayer con los chicos?

- Evita gritar - le pido - Luego de que resolvieron el asunto de Amara, una mujer de los hombres de letras capturó a Sam.

- ¿Qué le hizo a nuestro Sammy? - me pregunta apretando los dientes.

- Lo torturó hasta que llegamos al rescate - le respondo y veo cono aprieta los puños enojada - Quise matarla cuando vi en el estado en el que estaba, pero tuve que conformarme con romperle la nariz.

- ¿Por qué?

No me sorprende que esté enojada, lo que si lo hace es quiera que la haya matado.

- Porque tiene un hijo de la edad de Dylan - le digo con honestidad - Aunque le deje bien en claro que no le perdonaré una segunda equivocación de ese nivel.

- Hiciste bien - me suelta con un suspiro -  ¿Alguna otra novedad?

- Su madre está de regreso.

Una Odisea DimensionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora