63. El camino hasta ahora (Parte1)

739 54 3
                                    


N/A: Cuando escriba en negrita es lo que se ve en el video.

Cuando escriba así, son las conversaciones dentro del video.

Y cuando aparezca así, son las conversaciones telepáticas.



Desaparezco las mesas y sillas, reemplazándolo por grandes almohadones. Con Derek nos sentamos juntos y me abraza por la cintura para mantenerme cerca suyo. Jack, bajo las miradas celosas de mis cachorros, también se sienta cerca. Cuando ya están todos en sus lugares, pongo play.

El lugar se me hace conocido, demasiado, diría. ¿En dónde he visto esa cocina antes?

"-Maia, ¿Tienes algo importante que hacer hoy de la escuela?"

Creo que mi corazón ha dejado de latir o acaba de explotar. Esto no puede ser cierto.

Somos nosotras, como antes... le estoy sirviendo el desayuno a mi hermana como solía hacerlo cada mañana.

"No sé... ¿Cómo una evaluación o algo por el estilo?"

-Detenlo Gemma – me pide Maia levantándose alterada – ¡Hazlo ya!

Le pongo pausa al video enseguida y me levanto para calmarla. Creo que tendrá un ataque de pánico.

- Maia, mírame – le pido y levanto una mano para que nadie se acerque – Está todo bien corazón, respira.

- Gemma, es ese día... yo-yo... no quiero que lo vean, por favor – me pide comenzando a llorar.

- Deben saberlo, le prometimos no guardarles más secretos – le respondo y la llevo conmigo – Pase lo que pase, estoy aquí. Siempre lo estoy.

Vuelvo a ocupar mi lugar y ella se sienta a mi lado para recostándose y apoyar su cabeza en mis piernas y comienzo a acariciar su cabello para que se calme.

- Esto no es fácil para ninguna de las dos – les digo a todos, que se han mantenidos callados – Esas chicas que ven ahí somos nosotras antes de que hiciéramos el trato. Específicamente, son varias horas antes que hiciéramos el trato.

Están claramente sorprendidos, mirando la pantalla. Ahí está más que clara la diferencia de edad entre ambas. Sin contar que no nos parecemos en nada a lo que somos ahora.

-Maia era solo una niña... - comenta Sam sin dejar de vernos.

-Tenía catorce años ese día y yo veintidós – les comento y sé que están haciendo las cuentas para saber mi edad actual – Ahora comprenden mejor por qué la protegía con todo lo que podía en cualquiera de la dimensiones. Siendo honesta con ustedes, nuestra "madre" por así decirlo, nos abandonó cuando Maia tenía dos días de nacida y teniendo ocho años, me encargue de criarla y mantenerla lejos de nuestro padre hasta que cumplí dieciséis y me emancipe y a los dieciocho obtuve su custodia completa. Termine la preparatoria, tenía un empleo de medio tiempo en una librería y me las arreglaba para ir a la Universidad estudiando cómo podía, estaba en mi segundo año en mi carrera de abogacía.

-Suena una vida bastante complicada – comenta Malia.

-No, éramos felices teniéndonos la una a la otra – le responde Maia desde donde esta – Gemma nunca me abandonó.

- Cuando te ponías revoltosa, estaba tentada en ponerte en adopción – le digo en broma y el ambiente se aligera un poco más.

Hasta la expresión de Dean parece ablandar un poco.

Una Odisea DimensionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora