Al ver, nada. Nadie estaba cruzando el umbral de mi habitación, la sonrisa no era esa sonrisa de felicidad, era una falsa, sinceramente. Tenía una corazonada, y como dijo Adam, mis corazonadas no funcionan. Miré de nuevo la nota y luego la arrugue, salí un poco para ver si en realidad nadie se encuentra en este lugar. Miré a la izquierda pero nadie, nadie ni un fantasma alegre por atormentar, miré mi derecha y la puerta de Mark está abierta con la luz prendida. El pasillo está oscuro y la única luz encendida era de la Habitación de Mark -A excepción de mi pieza- el silencio es increíble. Puse en marcha mis pasos para asomarme a la habitación de Mark.
«¿Mark Phillips es el anónimo? ¿Él el anónimo? Ni con la rosa de Guadalupe, Sabrina, sería el de la nota. O ¿Sí?» me dije en mis adentros mientras mis pasos se acercaba más y más a la habitación de Mark.
Al dar el siguiente paso para agarrarme del umbral y asomar mi pequeña cabeza y mirarle si es él. O mejor dicho espiarle. Él estaba tirado en su cama, con un libro en la mano y unos lentes redondos cargaban su nariz, sus benditos -nótese sarcasmo- audífonos colgaban de sus oídos. Le observe detalladamente, con ese detalladamente te digo que me quede estática sin moverme y solo pensé.
«Él no podría ser el anónimo, ¿o sí?» «Él es muy cerrado, y solo está en su mundo, no, no es el anónimo. Definitivamente no es» Como les decía, solo pensaba.
-¿Qué hace aquí?- preguntó con el ceño fruncido, se sacó sus lentes y bajo su libro.
-N...no, nada, s...solo ya me voy- dije más nerviosa que una chica frente a su amor platónico. Me sonrojé hasta los talones, la vergüenza es impresionante, me descubrió espiándole. Dios ¿Cómo puedo ser tan... Aish Dios -¿Usas lentes?- pregunté escondiendo mi vergüenza, pero eso creo que no será posible.
-Sí - dijo seco.
-Ok, ya me voy- dije caminando hacia mi pieza.
Tenía que ser Sabrina Aspen. Me di media vuelta con la mirada abajo dispuesta a dar mi primer paso hacia mi habitación. Tenía la mirada muy concentrada en el sedoso piso hasta que una fuerza sobrenatural -no tanto así, pero lo sentí de esa manera- choqué por algo, toqué mi cabeza y vi unos tenis de color blanco. Antes que explote de enojo y salga las mil palabras que tenía en mente, subí la mirada y no choqué por algo, sino por alguien. Era un chico de cabello castaño, no lo veo con exactitud, este pasillo está completamente oscuro, pero si puedo distinguir su color de cabello y piel, la piel lo tiene blanca, pero tampoco la pavada, el de Mark es más blanco; peor que Blanca nieves, fuera de joda, sin mentiras amigos, les prometo que no exagero.
Creo que con su belleza tapó mi enojo.
-Lo siento- dice tocando su nuca y luego me pasó su mano para ayudarme a levantarme, una vez en pie, sonríe y su sonrisa es perfecta. Me embobe siendo sincera- Mi nombre es Sebastián- me pasa su mano.
-Mucho gusto Sebastián- hice el mismo gesto- mi nombre es Sabrina.
-Solo llámame Sebas- dijo acompañado con una sonrisa.
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¡Eres Un Estúpido Príncipe! © [EUEP1]
Novela JuvenilElla es una chica muy divertida, sincera (solo porque cuando miente estornuda), buena onda. Ella deberá mudarse de país temporalmente, por motivos de perdida. Él, desde el punto de vista de Sabrina, es engreído, inexpresivo. No demuestra sus sentimi...