Aparentemente es así. Emm no decía nada, no hacía nada, era como si no existiéramos, encima de sus ojos tenia puesto unos lentes de sol y mirando el cielo, supongo con los ojos cerrados, ya sé de donde salió Mark, Emm tenía puesto unos audífonos, ya sé por qué no hace nada y no dice nada, porque no escucha. Éramos como fantasmas, o peor aun el agua que chocaba por las paredes de la piscina. Ella solo gozaba del momento, sin embargo yo casi muero 3 veces, 1 vez por culpa de Adam, y otras 2 veces por Mark. Creo que ya fue suficiente por hoy. Intenté llegar a las escaleras, les prometo que solo me agarraba de las orillas para llegar a la preciada escalera. La felicidad de por fin salir de ese lugar era mejor que el de Adam cuando gano una vez en la carrera.
La alegría del momento es increíble, pensé que saldría del infierno de agua donde casi muero 3 veces, como les dije. Creo que no superare que casi morí, me perturbará por años, jamás querré saber nadar, menos ver una de esas. Pensar, a veces me ilusiono en tan solo hacer eso. Como en esta situación.
-No creas que saldrás tan fácil- dice Adam, giro a ver pero nadie no se encontraba, excepto Emm. Sólo subí el tercer escalón.
-No manches cabrón- dije tirada de nuevo en esa estúpida piscina, rápidamente me agarre de las escaleras y salí a la superficie, además no tengo una ropa adecuada para entrar en la piscina.
-Tienes que aprender a nadar, hermana- dice Adam nadando de espaldas.
-¿Cómo rayos lo haces?- dije confundida, yo ni sé flotar. Ah, pero ellos nadan de espaldas.
-Practica- presume.
-Como si fuera taan fácil- dije subiendo poco a poco las escaleras, para salir de allí y darme una ducha.
-No te escaparas taan fácil- repitió mi acto. Giré los ojos y me senté en el primer escalón esperando y al mismo tiempo teniendo la esperanza que en algún momento saldré de aquí. Se me ocurrió una idea, mientras jugueteaba con las gotas que caían de mi cabellera.
-Iré a cambiarme- estornude, rayos, por culpa de los estornudos me descubrirán-, no puedo estar con esta ropa- dije apuntando por mi vestimenta. Él lo meditó.
-Está bien, pero- ¡no puede ser! Llegó el pero- iré contigo, eres muy mentirosa. Rodé los ojos y salí de allí acompañado de Adam.
Subí las escaleras, lento, pasiva, subía normal las escaleras para no crear sospechas, llegue al último escalón, Adam estaba a cuatro escalones más abajo, lo que hice fue correr lo más rápido que pude y llegar a mi habitación. No miré ni un segundo a mis espaldas mientras corría. Solo entré a la pieza y cerré la puerta, lo tranqué y me tranquilicé. Tendré paz, tranquilidad, esta vez leeré. Leeré cualquier libro de mi repisa.
Con la tranquilidad del mundo entre al baño y me di una ducha. Salí de la ducha, esta vez no con una toalla, sino con una bata blanca. Tuve mucho por hoy además solo son las 15:46 de la tarde, en tan poco tiempo casi muero. Agarré una toalla, rodeé por mi cabello y me acerqué hacia el espejo para limpiarme los dientes, me lavé la cara. Luego salí como si pareciera que hace años no me recostaba por la cama, me coloqué mi pantufla decoradas con pequeñas lunas, mi niñez queda intacta. Levanté la mirada y vi a Adam recostándose por el umbral de la terraza con los brazos cruzados.
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¡Eres Un Estúpido Príncipe! © [EUEP1]
Roman pour AdolescentsElla es una chica muy divertida, sincera (solo porque cuando miente estornuda), buena onda. Ella deberá mudarse de país temporalmente, por motivos de perdida. Él, desde el punto de vista de Sabrina, es engreído, inexpresivo. No demuestra sus sentimi...