Las gotas caían y se desplazaban por el paraguas color negro que tenía en las manos, se deslizaban y caían al fin al suelo y chocaban por los charcos que habían por el cementerio. Es un día lluvioso, justamente en el funeral de mi madre, ¿por qué siempre en los funerales llueven?, ¿por qué tiene que ser un día tan infeliz?. Se supone que teníamos que estar contentos porque mi madre fue al cielo al lado de Dios.
Las lagrimas corrían por mis mejillas, mi rostro de color carmesí, mi nariz del mismo tono. Se supone que llegó su tiempo, se que Dios la llevo al lado de él, ¿pero, cómo no soportar este dolor que tengo?, yo nunca pensé que doliera tanto. Quisiera volver el tiempo, para nunca soltarla y solo de mi boca saliera ''te amo mi luna'' cuando la viera.
Todos, absolutamente todos asistían en el funeral lamentándose. No les miré a todos, no me importaban en ese momento. Solo estaba en mis vagos pensamientos. No me preocupaba de con quien me quedaría, en estos instantes soy una huérfana, Mi madre murió, mi padre no quiero hablar de ello, no tengo hermanos. Solo fuimos mi madre y yo todo este tiempo. ¿Que haría yo una niña?, si una niña, solo tengo 17 años, ¿qué esperaban?, ¿una adulta?, pues no, no lo soy.
Al mirarla solo me daban recuerdos de mis días felices con ella, siempre fuimos unidas. No eramos pobres, en absoluto, eramos unas de las familias mas adineradas de la ciudad. Pero tampoco nos exaltábamos por el dinero, comparados a las familias ricas eramos normales, eramos una familia común y corriente. No eramos como esas viejas gruñonas, no era una niña plástica, no eramos hipócritas, ni en mis sueños mas infelices fui así.
Con mi madre asistíamos en donaciones de diferentes clases, siempre donábamos dinero o otras cosas útiles, la frase de mamá siempre fue: ''Debes dar lo que ya no necesitas, porque hay personas que necesitan mas que tú''.
Mi madre es y sera la mejor madre que pudieras tener.
Era la hora de enterrar a mi madre.
—¿Quieres despedirte señorita Aspen?— pregunta el señor calvo quien dirigía el funeral. Y ademas interrumpió mis vagos pensamientos.
«¿Cómo no querría despedirme? ¿Quien no sé querrá despedir de un ser tan querido?» Me preguntaba en mis pensamientos. Solo asiento con la cabeza.
—Adiós mi luna—dije poniendo su anillo por su pecho, ese anillo siempre lo tuvo entre sus dedos.
Mamá siempre me decía ''Mi sol'' y yo le respondía ''Mi luna'' estas palabras siempre aprecian en las mañanas. Construí una sonrisa, no saben lo que costo y dolió construir esa sonrisa. Sequé mis lagrimas y vi como cada gramo de arena caía en la tumba de mi madre.
Luego de ese doloroso tiempo, mi atención se dirigió en una señora y al parecer su esposo bien elegante, con tan solo con la vista ya sabias que: el señor es un hipócrita, desvías la mirada y te topas con una señora deslumbrante, llena de vida, es como ver un día soleado y al otro lado un día nublado como en este momento. Es parecida a mi madre; los mire por segundos con mis ojos achinados por tanto llorar. Sin darme cuenta la señora llena de vida estaba parada justamente enfrente mío.
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¡Eres Un Estúpido Príncipe! © [EUEP1]
Teen FictionElla es una chica muy divertida, sincera (solo porque cuando miente estornuda), buena onda. Ella deberá mudarse de país temporalmente, por motivos de perdida. Él, desde el punto de vista de Sabrina, es engreído, inexpresivo. No demuestra sus sentimi...