Capítulo 13: Tomate.

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Ok, fue una derrota muy, pero muuuuy vergonzosa. ¿Cómo se me ocurriría por la mente esa clase de apuestas? Era bastante obvio que perdería, la cara de serio que tiene el uniformado era obvia. Odio las derrotas, principalmente las obvias. La cara de Mark tenía una sonrisa de oreja a oreja por ganar, era muy extraño verlo sonreír ya que todo el camino estaba más serio que el uniformado. Imagínate ¡más que uniformado!, ¡El señor arrogante sonríe! Wow, es bonito cuando sonríe, pero cuando no, también lo es pero es escalofriante. Pero bueno, me fije detalladamente en su sonrisa, es perfecta. Su dentadura es impresionante, diría que es mejor que el mío, pero no es así, mis dentaduras son más que perfectas. A veces presumo, me gusta presumir pero no, al final. Digo que está mal presumir, pero tenemos algo tan malo llamado carne humana que hacemos todo que se hace llamar: malo para la sociedad.

Al finalizar mi acosación por la dentadura de Mark, me di cuenta de algunas cosas, tan pero taaaan vergonzosas. Y son:

1) Me di cuenta que parecía una demente observándole la dentadura.

2) Él me miró extraño por mi acto y sonrió a la vez.

3) Me sonroje, peor que el tomate más rojo que existe.

Mi rostro ardía tal fuego, la vergüenza es impresionante. Me crucé de brazos y fui junto a Adam, él se encontraba buscando, me puse al lado de él observando las flores que Flores comprará. Tengo un mal gusto en los chistes. Pero qué le vamos a hacer, no tengo de otra es mi personalidad, no la cambio por nada.

Amo cuando las personas se ríen de mis chistes, y odio cuando no, me siento mal. ¿Cómo no entenderán los chistes de Sabrina Aspen? Cuando se ríen de mis malos chistes me siento tal famosa con su público, y cuando no me siento mal, como les había dicho.

Adam me miró confundido por ver mi rostro cual tomate.

-¿Por qué estas peor que un tomate?- preguntó, yo me recosté por una pared cerca de donde él está, justamente derecho mio estaba el arrogante. Sin que mis estúpidos sentidos me dijeran que lo estaba observando, Adam también vio a donde estaba mirando- ¿por él?- sonrió de oreja a oreja, no quiero empeorar las cosas, se perfectamente que Adam no me creerá del todo. Negué con la cabeza poniendo mis manos por mi rostro- oh Sabrina...

-¡No!, no es por eso- lo interrumpí. Él me miro con una cara pícara, alzando sus cejas arriba y hacia abajo- ¡no!- le pegue por el brazo- hice una apuesta bastante tonta y salí perdiendo- dije recostándome por la pared observando a Adam mientras él me miraba cual típica persona que te hincha por otras personas. Odio a esas personas.

-¿Y cuál fue la apuesta?- preguntó teniendo colgada la sonrisa que tenia puesto, yo pienso que no dejara de sonreír, menos cuando vea a su amada.

-Fue una apuesta ridícula- dije girando los ojos. Alzó y bajo de nuevo sus cejas rápido cual Toreto mientras se encuentra en una carrera- Tuve un chiste tan malo, y le comente. Pero no funciono, pero luego me vino la locura humana y aposté que le haría reír al señor amargado andante con uniforme.

¡Eres Un Estúpido Príncipe! © [EUEP1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora