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Parecía una postal perfecta, él y yo, en la playa, ojalá fuera eterno ese momento. Tenia esa facilidad, de hacer cada momento uno único.
Estaba entre sus piernas, me abrazaba, ya no sentía frio. Mis ojos me traicionaron y no pude evitar llorar, las lágrimas se me caían una tras otra.

-¿Por qué lloras?- me pregunto con ternura

-Solamente sé que va a pasar después, y no quiero.-

Se me quedó viendo, sabia exactamente de lo que hablaba, siempre que parecíamos acercarnos al otro día desaparecía, ¿porqué lo hacia? Capaz estaba buscando algo que yo no tenía como estabilidad, pero eso no le podía brindar. Me arrepentía de cada paso que daba, no podía confiar, ni siquiera en mí. Sentía miedo de quererlo, de salir lastima porque sabia exactamente que yo iba a ser la destruida, ¿y él? ¿Donde ibas a estar? Seguramente que con otras miles de minas.

Me llevo hasta mi casa, no dijimos ni una palabra en el trayecto , en ningún momento se volteo a verme, miraba el camino y respetaba cada señal, raro en él pero lo hacia, generalmente conducía rápido y esquivando tantas normas como pudiera. Supongo que lo hacia para poder estar un poco más de tiempo juntos.

Cuando llegamos a mi casa, lo mire pero seguí viendo hacia adelante, me baje del coche y camine hasta la puerta, antes de entrar le di una última mirada y lo encontré viéndome, serio, ¿en qué pensaría? Siempre me lo preguntaba, se lo notaba tan frio, le tenía envidia, porque él era lo que yo necesitaba ser.

Subí hasta mi habitación, cerré la puerta y me dirigí al baño. Me vi en el espejo, gorda, me daba asco verme. Vomite todo lo que había comido, no pare hasta ver sangre, me lave los dientes y me acosté a dormir.

Por lo visto dormí toda la noche, porque me desperté por el sonido del despertador de mi celular. Fue la misma rutina que ayer, me bañe y cambie, salí de mi casa sin hacer ruido para que no me rompan las pelotas. La garganta me dolía demasiado, ni siquiera podía tomar agua.

En el colegio no lo vi, ni a la entrada ni a la salida, ¿donde estaría? Sabia que esto iba a pasar, él se iba a ir y yo iba a estar así, preocupada, queriendo saber de él. Les pregunte a todos, fui a la plaza pero tampoco estaba, nadie tenia noticias. Decidí no preocuparme y hacer la mía, ya no iba a ser la que lo esperaba.

  Llame a Ámbar, ella era una chica muy fiestera, sabia exactamente donde había buenas jodas. Quedamos en juntarnos en su casa, para que nos lleve su hermano Mike, ya que él también iría. Hace tanto tiempo no lo veía.

Eso de las 9 llegué a la casa con mi mochila llena de ropa, ya me había olvidado la última vez que pise esa casa, antes nos la pasábamos juntas, realmente su familia me hacia sentir una más de ellos, pero hace casi un año no nos juntábamos, nuestra amistad había tomado una cierta distancia pero nunca dejamos de ser amigas. 

Toque el timbre y después de unos segundos un chico muy lindo abrió la puerta. 

-Hola.- era un chico alto, rubio, buen físico, con cierto aspecto de badboy. 

Un narciso más, pensé.

-Hola, ¿está Am?

-Si, subí.

Parecía estar de mal humor, ¿quién será? Me parecía conocido, pero no se donde, capaz algún amigo de Mike.
Sin darle mucha atención subí a la habitación, mi amiga recién salía de la ducha, estaba bailando, siempre tan alegre. Al darse cuenta de mi presencia grito y me arranco la mochila para decidir que nos íbamos a poner. Ella eligió mi vestuario, un top negro, un short del mismo tono con un par de tachas y unas zapatillas con plataforma, Ámbar se coloco un mono rojo y unas zapatillas negras, todo le quedaba bien, tenia un cuerpo envidiable y una simpatía para mi un tanto extraña, era imposible que alguien siempre esté de buen humor, pero ella lo hacia. Admiraba esa parte de ella, podía hablar con cualquiera sin problemas. Una vez vestidas nos peinamos, yo solamente me planche el pelo y ella se hizo una colita.

-¿Quién es el chico de abajo? Es lindo, ¿amigo de Mike?- le pregunté

-¿Amigo? Solamente estamos mi hermano y yo.- me respondió sin importancia

-¿Qué?- estaba sorprendida, no podía creerlo.

-Si, boluda. Supongo que habrás visto a Mike.-se rió- Hace poco volvió.

Me quede anonadada, ese chico era su hermano, donde quedo el niño que nos molestaba de chicas.

Bajamos al living y ahí estaba él, se me quedo viendo, la verdad que le había hecho bien el tiempo fuera de la cuidad. Estaba tomando una cerveza, me senté al lado de él y le pide que me convide, en ningún momento no me miro pero me paso la botella. Eso de la 1 de la mañana nos fuimos, tomamos el último chupito y nos subimos al auto.

Llegamos a la joda, estaba lleno de gente, algunos ya estaban vomitando en la vereda y había botellas en todo el patio. Am me llevo hasta la casa a saludar a unos amigos de ella, agarré una cerveza y me fui a bailar. Mike estaba con una chica, supongo que la novia, pero no paraba de mirarme.
Le dije a mi amiga que iba a buscar algo que tomar, cuando entro a la cocina lo veo, estaba preparando un trago.

-Hola, ¿qué vas a tomar?

-Un fernet.

-Dale, ahora te preparo.

Me quedo viéndolo, era lindo, su cuerpo había cambiado, ya no tenia el pelo corto ni llevaba brackets.

-¿Qué tengo?- me pregunto riéndose, se dio cuenta que lo miraba más de lo normal.

-Nada, cambiaste.

-¿Y es bueno?- me lo dijo con una voz más grave y acercándose.

-Bastante.- le respondí.

Pitada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora