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El sonido de mi celular avisándome de un nuevo mensaje me hizo desviar mi atención de la película que estaba viendo.

Cuando lo tome y me fije de quien se trataba mis manos empezaron a temblar. Era de él. Desbloqueé el celular y abrí rápidamente el mensaje.

"Te necesito"

Debajo de esas palabras me había enviado una ubicación, la abrí y para mi suerte no quedaba lejos, además de que la dirección me resultaba conocida. Sin dar más vueltas, tomé una campera, me puse las zapatillas y salí corriendo hasta donde me había indicado.

La cabeza me daba vueltas con las posibles cosas que podrían haber pasado, y ninguna era buena.

Cuando llegue, me percate de donde me encontraba, estaba cerca del bar. Saque mi celular para verificar la dirección, era la misma, antes de volver a guardarlo me fije al piso que debería ir. Ese lugar se me hacía conocido, pero no podía acordarme porque lo conocía. Abrí la puerta y llame al ascensor. Era la ansiedad en persona, mis uñas clavadas en mis palmas ya empezaban a sangrar, estaba demasiado nerviosa. En el camino lo había llamado mil veces, pero nunca respondió.

Salí del ascensor al pasillo, el cual estaba con una escasa luz, busqué con la mirada entre las diferentes puertas la que me había indicado el mensaje, cuando lo encontré fui directo hacia allí. Por suerte cuando giré el picaporte me di cuenta que estaba sin llave, así que, sin llamar, entre.

Todo estaba a oscuras, solamente entraba un poco de luz del pasillo por la puerta que ahora se encontraba abierta en par en par, observé todo el lugar y en un rincón vi la mochila de él, corrí hacia ella y la agarre. Grite su nombre, pero no hubo respuesta. Volví a buscarlo con la mirada hasta que mis ojos chocaron con una pequeña línea de luz que salía de una puerta. Camine hacia allí y cuando estaba cerca una risa femenina llamo mi atención, estaba temiéndome lo peor.

Apoye mi oreja en aquella puerta para escuchar un poco más, ahora eran gemidos de mujer mezclados con el sonido del televisor. Acumulando mis lágrimas, la abrí, sabiendo que me iba a encontrar. ¿Por qué me hacía esto?

Estaba la misma chica con la que lo había visto antes, ella subida arriba de el sin nada de ropa, no hace falta decir que estaban haciendo. Cuando aquella mujer se dio cuenta de mi presencia, me miro y sonrió con superioridad. Sentí asco, repugnancia.

Cuando vi su cara, él tenía los ojos cerrados, sin soportarlo más, me di la vuelta para dar un fuerte portazo.

Una vez que estuve fuera del edificio una lagrima escapo de mi ojo izquierdo, la saque con fuerza y respiré onda, ya no iba a llorar, no ahora.

Encendí un cigarrillo y caminé sin rumbo, cuando ya se estaba consumiendo el cuarto cigarro me encontraba en la casa de Tyler.

Llame a la puerta, y para mi suerte él fue quien me abrió.

-Hola linda. - me saludo animado, al ver que no contestaba se acercó- Eu, ¿Qué te pasa?

Sin dar respuestas, me lance a él y lo bese, como siempre Tyler me respondió.

Lo fui guiando hasta dentro de la casa sin cortar el beso, quería tenerlo. Cerré la puerta tras él, y acto seguido me alzo para enredar mis piernas a su cadera.

-Pero miren quien volvió.- escuche hablar a Thomas desde algún lugar de la casa.

-¡Hola, amiga! - esta vez era Sam.

Ignoramos al par de hermanos y seguimos con lo nuestro.

Empecé a besarle el cuello cuando empezó a subir las escaleras conmigo encima.

Pitada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora