Esté mes había sido bueno, parecía ir todo bien, con Mike, con mi vida. Me gustaba pasar tiempo con él.
Me hacia feliz, no nos peleamos, me daba la atención que yo necesitaba, me conto sus secretos, como estaba enamorado de mí cuando era chico. Me daba confianza, le conté sobre mi padre, mis problemas con él.
Parecíamos novios, aunque cuando me propuso que intentaremos algo no pude aceptarlo, no me sentía preparada. En mi mente no estaba solamente Mike, él todavía estaba ahí y ocupaba un lugar muy grande. En esté tiempo no lo había visto ni una vez, no tenia noticias de él. Me había llamado un par de veces, pero no lo atendía, tenía algo bueno y no quería desperdiciarlo, me molestaba no poder sacármelo de la cabeza.Esa noche Mike se quedo a dormir conmigo, mi celular estaba sonando, me levanté lentamente para no despertarlo pero no llegue, al ver la llamada perdida era de él. Eran las 4 de la mañana, seguramente estaba ebrio por ahí y por eso me llamaba. Pero no podía convencerme, baje las escaleras, quería tomar agua, no sé porqué pero sentía cierta incomodidad, estaba preocupada.
Me apoye en la mesada cuando sentí los golpes en la puerta, me sobresalte. Asustada me acerqué a la puerta, no me imaginaba quién podría ser , pero al ver por la ventana lo vi, estaba llorando, sentado en el piso, fumando, apoyando su espalda en la puerta.-Si no te corres, te caes.- le dije antes de abrir la puerta. Se paro pero se quedó de espalda, evitando mi mirada.-¿Me das una pitada?- no me respondió. Su respiración estaba entrecortada, sollozaba.-Por favor, mírame.-
Cuando se dio vuelta tenía los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, ¿qué le habrá pasado? Nunca lo había visto así, siempre se caracterizó por su poca sensibilidad.
-Perdona que venga así, yo no..no pensé- estaba destruido y se notaba, solamente lo abracé.
Me separe un poco, él intentó besarme pero no correspondí, le deje un simple beso cuando me aleje.
Cuando me estaba por contar que había pasado, una voz lo interrumpió, Mike estaba ahí, se lo veía furioso, me preguntaba hace cuanto estaba observando.
-¿Qué mierda hace acá?- grito.
-Mike, por favor, subí- le pedí con calma.
-No, que se vaya- no me miraba a mí, tenia los ojos fijos en él, con furia.- Se va él o yo- ahora sí me miraba, no creía lo que estaba escuchando, no podía elegir. Al ver que no respondí se lanzó sobre él, lo tumbo y empezó a lanzar golpes, sin embargo él no se defendió.
-Andate, déjalo.- le dije tratando de frenar a Mike- Ya basta, lo elijo a él- cuando escucho eso paro, me miro.
-¿Que?
-Que lo elijo a él, Mike, perdón.- sin decir nada mas, se fue.
Me acerqué para ayudarlo a levantarse, estaba muy golpeado, lo acompañe a que vaya a mi habitación. Corrí al baño a buscar cosas para limpiar las heridas.
Tenía la ceja rota, un corte en el labio inferior, cuando acerqué el algodón a las heridas se quejo un poco, sople para que pase el ardor, pero al acercarme a su boca lo besé. Me correspondió el beso, pero me separo, quise seguir aunque no me dejo. Me pidió que me acueste a dormir con él, y así lo hice.
Paso su brazo debajo de mi cabeza, y me acurruque cerca de él. Sentí sus lágrimas, estaba llorando, lo bese.
-Por favor, decime que te pasa, no puedo verte así.
Me contó todo, sobre su madre, porque esté último tiempo había desaparecido. Me sentí tan culpable, él me necesitaba y no estaba ahí, por eso me llamaba.
-Perdona que venga acá, de la nada, jodiendo todo en tu vida como siempre, pero te..- no lo dejé terminar, lo bese. No quería que me pida perdón, quería que sienta que estaba ahí, y por más que sabia que él había sacado muchas cosas malas en mi, siempre iba a ser parte.
Me volví a acostar a su lado, estaba un poco más tranquilo.
-Necesito que me acompañes al funeral, no puedo solo, te necesito.
-Sabes que si, siempre voy a estar cuando me necesites.
-Gracias, te extrañe.
-Y yo a vos.
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Pitada.
Подростковая литератураYo no buscaba recordarlo, quería algo rápido. Eso no estaba en su mente, me hacia desearlo. Y asi me termine enamorando.