De un momento al otro, ya no estaba siendo agarrada, me levante y las piernas me temblaban. Camine un par de pasos y me desplome en una esquina de la habitación. Las lágrimas no me dejaban ver nada, solamente lleve mis piernas a mi pecho y me abrace, hundiendo mi rostro en el espacio que quedaba.
Me sentía sucia, me daba asco.
Levante mi cabeza y lo vi, estaba golpeando sin parar a aquel tipo. Como si lo hubiese llamado, paro y corrió hacia mí, todavía tenía las manos llenas de sangre.
Al principio no reaccione, pareció ir todo en cámara lenta, los pasos de él parecían ir cada vez mas lentos mientras se alejaba. Pero cuando estuvo al frente mio volví a mi.
La preocupación estaba reflejada en sus ojos. Me abrazo, pero, aunque lo necesitaba más que nunca, se hizo presente el enojo, lo que me hizo alejarlo.
-No quiero verte. - le dije cuando me pare.
-No me voy a ir. No puedo dejarte así. -Intento volver a abrazarme, pero no quería que me tocara.
Sin hacerme caso paso sus brazos sobre mí, abrazándome. Por mucho que lo anhelaba no lo correspondí, en mi mente todavía estaba la imagen de él yéndose con aquella mujer. Me moví para liberarme de su abrazo hasta chocar con una pared, pero tomo mis muñecas.
-Te fuiste- le grite mientras trataba de que me suelte de su agarre.
-¿Y qué querías que haga? Estabas muy feliz con ese idiota. - respondió frio con sus ojos fijos en los míos.
-Ándate, te debe estar esperando.
Baje la mirada, ya no lo soporto, necesito salir de ahí. Llevo mis manos por encima de mi cabeza sosteniendo mis muñecas con su mano, trate de liberarme, pero tiene más fuerza que yo. Estábamos tan cerca mío que podía oler su perfume, mezclado con tabaco y menta.
-No me interesa- con su mano libre toma mi mentón y me hizo mirarlo -Y lo sabes.
Mis ojos estaban ardiendo con las lágrimas acumuladas, no quería llorar otra vez delante de él.
-No llor..-
-Solteme- me removí de su agarre, interrumpiéndolo.
-Te necesito.
-No me necesitas, vos no necesitas a nadie. Me lo demostraste demasiadas veces.
Era verdad. Él no me necesitaba, yo no era nada en su vida.
-Te necesito- dijo más cerca de mí.
-Yo te necesitaba.
-Mírame y decime que me olvidaste. Hacelo y te juro nunca más volver a molestarte.
Levante mi mirada para verlo fijo a los ojos, las palabras no me salían, porque no eran verdad, yo no lo había olvidado. Y lo necesitaba tanto como él a mí. Mis lágrimas salieron, ya no aguantaba. Con su mano libre paso sus manos por mis mejillas quitándolas.
Corto la poca distancia que nos quedaba, me beso suavemente, esperando a que le correspondiera, cuando lo hice su beso se intensifico, ahora era apasionado y salvaje. Sus labios no se comparan con ningún otro, él era especial. Parecía que nuestras bocas fueron hechas el uno para la otra.
Parecía que solamente estábamos nosotros en aquella habitación, durante ese momento solamente éramos él y yo. Me había olvidado de todo, con él a mi lado no tenía miedo.
-¿Qué carajos paso acá?- esa voz varonil nos sacó de nuestro ensoñación.
Mike, Ámbar y otros dos chicos más estaban en la entrada de la habitación. Todos alternaban la mirada del chico desmayado a nosotros.
Mi amigo dio un paso hacia adelante y al verme entendió todo, su cara de confusión paso a una de preocupación.
-¿Estás bien? - me pregunto corriendo hacia mí.
-Si Am, tranquila. No llego a hacerme nada. - le respondí para tranquilizarla.
Aunque ni siquiera yo estaba convencida de mis palabras, estar de la mano con él me daba más seguridad.
-Salgamos de acá.- dijo mi amigo tirando de mí.
Voltee para asegurarme de que él venia detrás, al cerciorarme que era así me tranquilice.
Bajamos las escaleras y salimos al patio, dejando a Mike y los otros dos ocupándose de aquel idiota. Algunos miraban curiosos hacia la habitación, otros seguían en su mundo sin darse cuenta de nada.
-Vamos, te llevo a tu casa. - hablo Ámbar cuando ya estábamos en la vereda.
-No, la llevo yo. - dijo el chico a mi lado mientras entrelazaba nuestras manos.
Se lo agradecí, esta noche no quería estar sola, solamente lo quería a él.
Ámbar me miro esperando respuesta, asentí y le me forcé a formar una pequeña sonrisa.
-Por favor, después llámame.- me dijo mientras me abrazaba.
Cuando me separé de mi amiga, lo seguí hasta una moto que no había visto antes. Subí detrás de él y me abracé de su cintura.
Condujo a una velocidad considerable, y en los semáforos apoyaba su mano sobre las mías o me daba un apretón en las rodillas. El viento chocando contra mi cuerpo me resultaba refrescante. Una vez que estuvimos al frente de su casa, me ayudo a bajar y entramos.
Durante todo ese tiempo no hablamos, el silencio entre nosotros no era para nada incomodo, sino que, todo lo contrario, me resultaba confortante, igual que en los viejos tiempos.
Tome una larga ducha en su baño, sacando toda la suciedad que sentía antes. Sali y me puse la remera que me dejado en el lavabo. Sequé la ropa interior que había lavado a mano con el secador y me la volví a poner.
Cuando salí del cuarto de baño, él ya estaba recostaba en la cama con el pelo totalmente mojado.
Caminé a pasos lentos hacia la cama, y me senté a su lado.
-Veni linda. - dijo tirando de mí, para abrazarme.
Paso su brazo bajo mi cuello y me acaricio la espalda. Apoye mi cabeza en su pecho, liberando un suspiro.
-Te extrañe. - habló casi en un susurro.
Levante un poco mi cabeza y lo miré, me acerqué un poco más y uní nuestros labios en un corto beso.
-Yo también.- le respondí cuando me separe y me volvía a colocar como antes.
Después de un tiempo su respiración se tornó tranquila, hice para atrás mi cabeza y efectivamente, se había dormido.
Volví a apoyar mi cabeza en su pecho con la oreja en su corazón, pasé las yemas de mis dedos por sus abdominales, por su pecho, observando como subía y bajaba tranquilamente.
Él había visto todo de mí, mi otro lado. Ese lado que siempre ocultaba, con él no podía, me resultaba imposible.
Me había hecho una reputación de una persona fuerte, fría hasta que él vino y tiro todo a la mierda. Me había hecho derrumbar tantas veces que ya no podía estar más abajo. Pero, así como me hundía, tenía la facilidad de hacerme renacer. Me daba las mejores sonrisas, me alegraba, me hacía sentir fuerte y segura. Lograba contagiarme su fortaleza, aunque él este más roto que yo.
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Pitada.
Teen FictionYo no buscaba recordarlo, quería algo rápido. Eso no estaba en su mente, me hacia desearlo. Y asi me termine enamorando.