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Los últimos 3 días me los pase encerrada en mi pieza, no quería salir. Durante esos días no comí ni un bocado, estaba débil, odiaba esa sensación pero me gustaba lo que significaba.

Me desperté tratando de inventar una nueva excusa para faltar al colegio, pero no se me ocurrió ninguna. Al levantarme de la cama me maree, tuve que apoyarme contra la pared unos segundos para que se me pasará.

Me bañe, me puse un jean azul oscuro y un top negro, me deje el pelo suelto. Trate de tapar un poco mis ojeras pero no lo logre, solamente había logrado dormir 3 horas. Se notaba que estaba destruida.

Al bajar las escaleras me di cuenta que mi mamá no estaba, solamente mi hermanito de 6 años tomando un te, me hice uno.

-¿Querés galletitas?- le pregunté.

-Si, dijo mamá que hoy tenes que llevarme.-

-Bueno, apúrate, ¿tenes todo?- me hizo señal con la cabeza de que tenia todo mientras le abría las galletitas.

Me quedé mirándolo, tan chiquito, tanta inocencia, riéndose mientras miraba sus dibujitos, ojalá siempre este así de feliz. Me gustaba pasar tiempo con él, siempre buscaba que sepa que lo quería, a veces me sentía mal por no pasar tanto tiempo como me gustaría o por tratarlo mal cuando simplemente estoy de mal humor, a veces no lo controlaba.

Cuando terminó de desayunar fue a buscar su mochila y nos fuimos, en el camino mientras haciamos chistes me pregunto qué me pasaba, porqué estaba triste, no supe que responderle, las palabras no me salían. Intente ignorarlo, esquivando el tema, pero otra vez me volvió me a preguntar. ¿Como hacia para no contestar cuando un nene está esperando una respuesta?

-No estoy triste enano, solamente tengo sueño- sus ojitos me miraron como cuestionando si era verdad lo que decia o no, hice un bostezo falso y ahí sonrió.

-ahh, bueno, dormí más como yo.- dijo levantando sus manitos orgulloso.

-jajaja, bueno, entra que van a cerrar- y le di un abrazo de despedida

Se fue corriendo con otros nenes, cuando lo vi entrar prendí mi cigarrillo y me fui.

Ya estaba en la puerta del colegio, esperaba a Ámbar para entrar, pero cuando la vi llegar no venia sola, también estaba Mike. No lo había visto desde aquélla noche, pensé que estaba enojado pero no lo parecía, solamente me saludo y se fue con sus amigos.

-Eh, desaparecida.- me reí al escuchar las palabras de mi amiga

-Cállate y entremos que no lo quiero cruzar- tome su brazo y la lleve empujando hasta la puerta.

-¿Otra vez está todo mal?- solamente la mire y entendió que no quería hablar- Bueno, entremos, te tengo una noticia.-

Pitada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora