Pitada.

32

-Pero Sam, hoy trabajo, no puedo ir. - dije por quinta vez desde que atendí la llamada de Sam.

-No- escuche gritar del otro lado de la línea a Tyler.- Hoy no se trabaja.

-Sali Ty. - se quejó. -Bueno, como te decía, hoy salimos.

-Bueno.- dije derrotada y poniendo los ojos en blancos aunque ella no me pudiera ver. Tenía la costumbre de hablar como si estuviera esa persona viéndome

-Y no me pongas los ojos.

-¿Cómo sabes?

-Te conozco querida amiga- dijo burlándose- En un rato nos vemos.

No llegue a contestar que me corto.

La verdad que no tenía ganas de salir, hoy era uno de esos días en los que quería dormir, pero sabía que no me iban a dejar en paz hasta que fuera, prefiero evitar la insistencia.

Me metí a la cocina ya que hoy me tocaba a cocinar a mí, ya eran casi las 11 de la noche así que mis amigos iban a tener hambre. Abrí la heladera y solamente había cervezas, un par de yogurts, queso, tomate, huevos y algunas frutas. Bien, no había casi nada y ya era tarde para salir a comprar. Sin complicarme mucho, decidí cocinar omelets.

Cuando ya estaba haciendo el último, el ruido de un auto estacionando me hizo darme cuenta que ya habían llegado, justo a tiempo.

- ¿Qué hay para comer?- escuche gritar a Nick apenas abrieron la puerta.

-Bueno, tienen omelet o omelet.- les dije cuando ya estaban todos en la cocina.

-Omelet suena bien. - dijo Thomas.

-Perfecto, por ya lo hice. - dicho eso, cada uno se sienta en sus respectivos lugares y les paso los platos con la comida ya servida.

En menos de media hora ya nos encontrábamos todos en nuestras respectivas habitaciones arreglándonos para dentro de un rato. Por lo que me había dicho Sam, esta iba a ser una de las mejores fiestas del año y la organizaba un amigo de ellos.

Después de la ducha salí del baño envuelta en una toalla directo a mi armario. Estaba revolviendo la ropa cuando unos golpes en la puerta llamaron mi atención.

- ¿Quién es?- pregunto sujetando la toalla más a mi cuerpo.

-Yo- grita Sam- Necesito ayuda, no sé qué ponerme.

-Pasa.

La puerta se abrió dejando ver a una Sam sobrecargada de ropa en sus brazos, no llego a hacer dos pasos dentro de mi habitación que ya se encontraba encima de toda la ropa que había amortiguado su caída.

-La puta madre- se queja hundiendo su cara en todo el tumulto de ropa.

- ¿Por qué tan nerviosa?

Es la primera vez que Sam me pide ayuda con un tema como este, generalmente soy yo la que acude a su ayuda para saber que ponerme.

-No estoy nerviosa. - dice sentándose en el suelo, a lo que yo solamente la miro- Bueno, un poco. Es que hoy capaz me encuentre con alguien que no veo hace mucho.

-¿Un ex?- indago.

-No, no. Una amiga.

-Se, claro. - me burlo de forma sarcástica.

Decidí cambiar de tema para sacarle un poco el nerviosismo, y después de casi media hora estando probando prenda tras prenda termino eligiendo un vestido corto sin mangas de color negro, haciendo resaltar su pelo recién rizado y unos zapatos del mismo color. Por otro lado, yo opte por un jean de color negro tipo alto y un crop top azul oscuro que se unía en la espalda con diferentes tiras, me calce mis zapatillas de plataforma y me planche el pelo. Otros veinte minutos más tardes en los que nos maquillamos, ya estábamos totalmente listas.