Pitada.

22

La verdad que la banda sonaba muy bien, ya habían tocado 3 canciones, dos de ellos y un cover.

Sam se había ido a la mitad de la segunda canción, dejándome ahí a mi sola. Aunque no me desagrado, todos eran bastante agradables, a excepción a la chica que estaba con Tyler antes. Ella mi miraba con mala cara todo el tiempo, pero no le dije nada, no quería ni tenía ganas de causar problemas.

-Mira que tengo. - me dijo Sam dándome un susto.

Me gire hacia ella y tenía un porro en la mano. Me hizo una señal con la cabeza para que vayamos afuera y la seguía dejando atrás a los demás.

-¿Tenes encendedor?- me pregunto mientras hurgaba en sus bolsillos.

Lo saque del bolsillo de mi campera y se lo pase para que lo prende, dio un par de pitadas y me lo paso.

-Y bueno, ¿Qué te parecieron los temas? -

-Están geniales, les veo futuro- ella se rio tomando de vuelta el cigarro.

-¿Y Tyler?

-¿Que tiene?-

-Dale, se nota que le tenes ganas- dijo mientras sacaba el humo con una mirada de obvia.

-Si, esta bueno. Pero no quiero complicar las cosas.

-¿Por qué?- me miro con el ceño fruncido

-Ya sabes, ustedes me caen bien, no quisiera alejarme solamente por una noche con él.

Se rio como si fuera lo más graciosa que haya dicho, la mire sin entender.

-Bonita, Tyler no es de los que se confunden, él es, a ver ¿cómo decirlo? -se quedó pensando un momento- Libre, por así decirlo, él no quiere nada, como ninguno de nosotros, solamente sabe sacarse las ganas y conservar la amistad.

No supe que responder, me senté en el pasto del patio y ella me imito, estuvimos un momento en silencio para nada incomodo, pasando el cigarro una a la otra después de la pitada.

-Y decime, ¿cuál es tu historia?

- ¿Historia? No creo que tenga, o por lo menos nada interesante.

-Todos tenemos historia, algo que nos hace ser como somos.

Me quede pensando en sus palabras, y tenía razón.

No sabría explicar por qué, pero ella me brindaba confianza, le empecé a contar sobre él, de mi padre. Sam me escuchaba atenta, diciendo algunos comentarios en los momentos justos. Me di cuenta que pensábamos parecido.

-¿Y la tuya?-

-Bueno...- apago el cigarrillo y siguió hablando- Con Thomas desde chicos somos muy unidos, nuestra madre nos abandonó cuando fuimos chicos, y mi papa, bueno, ese intento de padre al enterarse lo de Thomas lo echo de la casa, no podía abandonarlo. Me fui con él, dormimos un tiempo en la calle, hasta que conocimos a Nick, él nos llevó al bar de Tyler. Nos ayudaron muchísimo, nos dieron trabajo y nos dejaron quedarnos acá cuando se enteraron que no teníamos donde caer parados. Se hicieron como mis hermanos mayores, bueno Tyler, Nick es como el menor. Somos como una pequeña familia.

Se quedo mirando a la nada, al igual que yo, no teníamos palabras, supongo que ambas estábamos analizando las palabras.

Después de un rato, se levantó y me tendió la mano para que la siga. Entramos a la casa y volvimos al lugar donde estábamos antes, los chicos seguían tocando, Thomas nos miró y guiño un ojo, ambas sonreímos como respuesta.

-¿Queres una cerveza?- asentí con la cabeza y con eso se fue.

En ese momento sentía que ya lo había olvidado a él, que nada podía arruinarlo. Seguí escuchando la música, y por primera vez en mucho tiempo no lo pensaba.