Capítulo 4

11.6K 658 194
                                    

    Caminé hacia mi casillero algo intranquilizada, un mechón de mi rebelde cabello cayó sobre mi rostro, inmediatamente mis dedos lo tomaron y lo dirigieron hacia detrás de mi oreja. Una vez frente a mi casillero, abrí éste, me observé al espejo y acomodé un poco mi cabello. A unos metros míos, pude observar a uno de mis amigos: Liam Payne. Cerré mi casillero y acomodé mi mochila sobre mi hombro y me dirige hacia él.

    —Lee —posé mis manos sobre su cintura, asustándolo levemente. Éste sonrió soltando un fuerte suspiro y ríe girándose.

    —Daph.

    —Tonto —formé un puchero en mis labios, y él rodó los ojos.

    —¿Qué pasó ahora? —me preguntó, como si adivinase lo que se vendría.

    —Discutí con Aust, tienes que ayudarme, tonto —le abracé de manera engreída, nos teníamos la suficiente confianza.

                                                                                                                                                                        

    El día de ayer después de que Marcel se haya ido de la biblioteca, salí yo, dispuesta a ir al estacionamiento para luego poder irme a casa. Pero me encontré con Zayn, quién me advirtió que Austin me estaba buscando y que se encontraba muy enojado. Me dirige al lugar respectivo, donde justamente, Austin me esperaba. Enojado. Se acercó de manera inmediata a mí y me tomó toscamente del brazo, dañándome.

    —Oye, ¿qué te pasa? —pregunté ante su tosco acto, intentando soltarme de él.

    —¿Dónde demonios te habías metido? —me preguntó, furioso.

    —En los servicios —le mentí.

    —Joder, Daphne, no quieras verme la cara de imbécil. —ejerció más presión sobre mi brazo, produciéndome mucho más dolor. «¿Pero y éste que se ha creído?»

    —Austin, no voy a darte explicaciones de cada maldito movimiento que haga. —me solté como pude. Su mandíbula se tensó aún más al verme alejar.

    —¡Ven aquí, Daphne Hurley! —gritó.

    —¡Vete a la mierda! —grité malcriadamente, mientras me adentraba en mi auto y cerraba con fuerza la puerta.

    Y todo era culpa del estúpido de Marcel.

    —¿Por qué se pelearon? —preguntó Liam, ladeando ligeramente la cabeza.

    —Porque no me ha encontrado y ¿yo que sé que se le pasó por la mente? Sólo cuando me he aparecido, me hizo un tremendo escándalo. —mascullé, cruzándome de brazos y recordando nuevamente aquella estúpida escena.

    —¡Daphne Hurley! —oí la voz del anteriormente señalado. Liam volteó a verlo al igual que yo, Austin se acercaba a nosotros a paso firme, invadido por la furia.

    Oh, joder.

    —No me molestes. —acomodé la mochila sobre mi hombro y dispuse a alejarme de él. Pero no pude, él jaló de mi mano con la suficiente fuerza como para tenerme en frente de nuevo.

    —No me has contestado ni una sola maldita llamada ayer —la furia que me demostraba en sus ojos comenzaba a atemorizarme y su mano comenzaba a ejercer mucha más fuerza de la debida sobre, ahora, mi antebrazo.

NERD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora