NERD.

Capítulo 46

                                                                                                                                                                                                                  

Dos semanas. Han pasado dos semanas y no sé si pueda seguir soportándolo. Abrazo mis piernas, dejando las lágrimas caer por mis mejillas y terminar en el agua que abraza mi cuerpo en la bañera. Suelto un suspiro. ¿Por qué no hago algo al respecto? Tal vez he actuado demasiado tarde, ¿no es así?... Harry me detesta, y esta tarde casi pude confirmarlo. Él también está mal y es todo mi completa culpa. Suelto un pequeño sollozo. El agua está fría desde hace mucho, pero no es algo que me preocupe mucho; mi teléfono da la hora de las cinco de la mañana. Paso las manos por mi rostro y cabello, frustrada por todo. Mi mente solo está pendiente de Harry.

¿Entonces realmente se acabó?

Me gustaría tanto pensar que no.

Mi labio inferior tiembla y comienzo a llorar silenciosamente por cuarta vez en el día. Esto realmente está matándome. ¿Por qué no puedo retroceder el tiempo? Ojalá pudiese detenerme en el momento en que la profesora Collins optó por escoger a Harry como mi tutor, ojalá pudiese parar el tiempo en el momento en que comenzaba a enamorarme de él; pero la verdad es que, ciertamente, no me di cuenta a tiempo. ¿Por qué pienso en esto?... Soy yo la culpable, es por mí que se arruinaron las cosas. Todo estaba tan bien... Joder, todo estaba tan malditamente bien.

Gemma Styles tenía tanta razón.

Recuerdo muy bien el enojo en sus ojos, la frialdad con la que me habló... Me sorprendió que me hablase de tal manera, pues solo tenía en mente antes a una Gemma divertida. Aunque es justificable: ¿Podría alguien no odiar a la persona que lastimó a su hermano?... Porque si es lo contrario, definitivamente Gemma Styles jamás formaría parte de ese club.

—Será mejor que te alejes, Daphne —ella me miró de pies a cabeza, con los brazos cruzados. Sentí mi garganta hacerse un nudo, y tuve que presionar mis ojos para no soltar las lágrimas—. Él está mal y no es para menos, Hurley. Entiendo que te guste tu amiguito, pero entonces hubiese sido preferible jamás buscar ilusionar a Harry —Me dijo ella, en la puerta de su casa. Apenas había buscado tocar el timbre, la hermana mayor de Harry había abierto la puerta; llevaba el rostro emocionalmente neutro, por lo cual no supe diferenciar si estaba molesta conmigo o no... Debía suponer desde un principio que sería la primera opción.

—Gemma, tan solo...

—Mira, Daphne —ella suspiró de manera pesada—. Solo... solo es un pequeño favor, ¿sí? Y es que mantengas tus pies fuera de esta cuadra incluso. Has herido a mi hermano y no voy a dejar que lo lastimes más, no cuando puedo evitarlo. Él está mal, ¿es que buscas destruirlo por completo? ¿Es eso lo que buscas, Hurley?

Solté un sollozo, y negué. Bajé la mirada, tan avergonzada de mí misma. Limpié mis mejillas con el dorso de mis manos.

—Fue un error... Sé que me equivoqué, Gemma, me siento terrible. Estoy hecha un desastre, sé que hice mal, tan solo quiero reparar...

—Pues haces bien en sentirte terrible, Hurley. Verás, no me agrada en absoluto la idea de ver a Harry despertar llorando por las madrugadas, diciéndome que te extraña y que no sabe en qué fallo, ¿tienes idea de cuan doloroso es verlo tan... roto? No, tú no tienes ni maldita idea, Hurley. Así que, si realmente dices quererlo... Lo mejor será que te vayas, y te insertes en la cabeza la idea de que tú lo arruinaste y él estará mejor sin ti.

Seis y media de la mañana, me animo a salir de la bañera; después de todo es aún el último día de clases en la semana. Mis dientes castañean un poco y mi cuerpo es ligeramente tembloroso. Me visto con mucha paciencia, por no decir sin ánimos. Ojalá pudiese quedarme en cama todo el día, pero sé que papá y mamá se preocuparían más por mi estado de ánimo y prefiero no angustiarlos.