Capítulo 56

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Moví la pierna inquietamente, tratando de pensar en algo que acabase con todo el problema, pero la preocupación me ocupaba la mente por completo y no me dejaba pensar bien, no con toda la concentración que quería ponerle al tema. Maddie quería que dejase a Daphne, pero eso sería lo último que haría, eso no estaba en mis planes; yo no me alejaría de Daphne. Stewart me tenía en sus manos, en su poder, ella lo sabía perfectamente y sólo el que optara por dejar a Daphne o la burlara la estaba deteniendo. Debe existir alguna otra salida, alguna manera de detener esto.

Llegué a pensar incluso que decirle a Daphne lo que estaba pasando solucionaría las cosas y ella se alejaría de Maddie, pero... el tan sólo imaginarla tan decepcionada de mí... el pensar en que se alejará de mí, maldición, eso me podía más que a nada. No quería alejarme de Daphne, pero eso era lo que estaba a punto de pasar de alguna u otra forma y la desesperación me carcomía.

—¿En qué tanto piensas, Harry? —preguntó mi hermana, acomodando con cuidado la venda en mi brazo. Levanté la vista torpemente y parpadeé un par de veces, idiotizado por unos segundos, pero cayendo en cuenta luego.

—En nada.

—De seguro en esa niña de nuevo —rodó los ojos, y la miré un poco extrañado. ¿Ella estaba fastidiada por... Daphne? ¿Ella la estaba llamando 'niña'?—. ¿Qué hizo ahora? ¿con quién se lió? —sonrió, quise pensar en que no estaba siendo burlona, pero claramente no era así.

—¿Estás hablando de mi novia, Gemma? Porque si es así, estás muy equivocada y no me gusta la manera en que te refieres a ella.

—¿Qué quieres que haga entonces? —bufó—. ¿Qué le aplauda después de haberte lastimado? Oh, ¿ahora sí son novios? —rió sarcástica. Terminó de arreglar la venda en mi brazo y manos, y se sentó frente a mí en la cama después, encontrándome yo en la silla de mi escritorio—. No entiendo aún cómo es que has vuelto con ella a pesar de lo que hizo.

—Se equivocó, Gemma —negué con fastidio, solté un suspiro. Ella estaba fastidiada con Daphne por lo sucedido, y no era para menos; es mi hermana y la comprendo, sucedería conmigo lo mismo si fuese al revés—. No te enojes con ella, ¿si? Yo..., me equivoqué en muchas cosas también, y no es justificación, ¿vale? Pero la amo, y sé que ella me ama también, Gem —mordí mi labio, un poco titubeante porque no sabía si quería que continúe, aunque su silencio me dio paso—. Es una gran chica, lo prometo. Yo soy el estúpido de la relación —me encogí de hombros... estaba siendo sincero conmigo mismo. Y no sabía si iba a resistir más. Gemma me miró extrañada y frunció un poco el ceño, se acercó a mí y me abrazó, acariciando mi cabello con cuidado y yo me quebré en sus brazos—. S-soy un tonto, Gem... Soy el mayor idiota de todos.

—Te juro que si esa mocosa te ha dicho que lo eres, voy a ir a su estúpida casa y voy a golpearla como se debe, ¿me escuchas? Voy a acabarla, Harry, quieras o no —gruñe, y yo niego mientras la abrazo como puedo—. ¿Qué está pasando, Harry? —preguntó con un poco más de suavidad, pues mi llanto no cesaba.

—Me va a odiar... No quiero alejarme de ella, Gem, ella es la persona más hermosa que puedas conocer —balbuceé torpemente, sollozando como un niño pequeño—. D-después de mamá y de ti —susurré. Me sentía como un bebé, un tonto bebé llorón que necesitaba a su mami.

—¿De... de qué hablas, Harry? —negó, y se separó de mí con cuidado—. Ya basta, no llores —pidió con cuidado, limpiando mis mejillas, pero yo no podía dejar de llorar. El pecho me dolía..., el corazón me dolía. Necesitaba contárselo a alguien, desahogarme, y Gemma era mi única salida,... sólo esperaba que ella tampoco se enojase conmigo.

NERD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora