Capítulo 55

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'Lo siento mucho, bebé. Papá y mamá vinieron por mí... Tengo algo que contarte mañana. En persona. ¡Te amo! Daph.'

Suelto pesadamente un suspiro al terminar de leer su mensaje y camino vagamente por los pasillos de la escuela tras finalizar la jornada escolar. No sé mucho sobre Daphne desde que salió del aula por llamado del director, y eso me tiene en intriga también. Dejo un par de libros en el casillero y cierro éste luego, continuando mi camino mientras opto por responderle a mi hermosa novia.

Demonios, eso suena tan hermosamente fantástico.

—Mierda —maldijo la persona en frente mío al chocar contra mi cuerpo. Gruñó y levanté la vista de mi teléfono, pudiendo ver entonces a Austin Day... con un aspecto de temer, realmente. Y no, no porque tuviese miedo de que me fuese a lastimar, pues él lucía peor que un muerto. Abrió los ojos de par en par, como queriendo asegurarse de que era a mí a quien veía.

Y entonces lo recordé.

—Tenemos que hablar —murmuré y él soltó con cierta desesperación a mi vez. Bufé ante la acción y asentí de inmediato, comenzando a encaminarnos al único lugar en el cual podíamos hablar hasta el momento. Caminamos hasta el fondo de entre los casilleros del equipo de fútbol. Day suspira pesadamente y se pasa las manos con nerviosismo por el cabello, comenzando a caminar de un lado a otro mientras yo lo miraba extrañado; jamás lo había visto tan torpe como ahora.

Debía comenzar yo ahora, o él terminaría por gastar el suelo.

—No voy a seguir más con esto —Solté. El tipo detuvo su caminar y me miró perplejo por unos segundos, aunque para mi sorpresa, no tardó en asentir de acuerdo.

—De eso quería hablarte.

—No hay más que decir entonces —negué—. No podemos seguir con esa mierda de querer herir a Daphne. Es mi novia y, y no voy a perderla por esta estupidez de cuando los dos nos enojamos como imbéciles con ella —bufé, y suspiré con pesadez, pues viendo hacia atrás... sí, había sido un maldito tonto cegado por la rabia—. Sí, en definitiva esto...

—Brandy lo sabe —murmuró con temor—. Maldición, Harry, ella lo sabe y decir que me detesta queda chico.

Fruncí el ceño, y mi cuerpo se tensó por completo.

—¿Cómo se enteró?... ¿se lo dijiste?

—¿Bromeas? Ella estuvo a punto de terminarme, joder, no puedo permitirlo —negaba una y otra vez, nervioso. Levanta la vista y me observa—. Liam y yo estuvimos hablando de esto hace algunos días, y... y Daphne casi se entera también. ¡De veras que no fue mi intención! Sólo... demonios, tampoco noté que Brandy estaba afuera y ya era tarde para cuando quise decir algo más. Tuve que explicarle y decirle que yo ya quería hablar contigo para detenerlo. Pensé que seguirías con esto, no lo sé, no pensé en serio en que su relación había avanzado tanto, pero lo que más me inquietaba era por si alguien más lo sabía... Yo lo había olvidado incluso. Estuve buscándolos por todos lados, Harry, necesitaba o bien hablarlo contigo, o de una maldita vez decírselo a Daphne. Y no me culpes, maldición, yo ni sabía si realmente querías algo serio con Daphne hasta ahora —gruñó, tenso, con los dedos rascando en su cuello—. No voy a perder a Brandy, ¿me escuchas? La quiero, Harry, y si tú la quieres como amiga, será mejor que arregles las cosas también con ella... Está muy enojada con nosotros, con quienes sabían de esto.

Y ahora era yo quien caminaba de un lado a otro con tanto nerviosismo. Ahora entendía su nerviosismo y quizás el porqué de su aspecto; él estaba sumamente asustado y ahora lo estaba yo también.

NERD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora