Capítulo 38

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Mi mente daba vueltas y no sabía qué hacer. El profesor hablaba pero yo no oía, estaba en otro mundo. El rostro de Harry pasaba una y otra vez por mi mente, con aquella sonrisa tan cautivadora. Llevé mis dedos a mis labios, cerré los ojos y maldije el momento en que a Liam se le ocurrió besarme, y el momento en el que yo continué el beso. No duró más de unos segundos, unos interminables segundos y los cuales me harían pasar un infierno si el chico que me esperaba en casa se enteraba.

¿Pero él no tenía por qué enterarse, verdad?

Me sentía una completa zorra.

Maldigo mentalmente el haber decidido entrar en juegos con Liam sabiendo los límites que pudo traspasar, y que realmente traspasó. Quería llorar, me sentía horrible. No soy una zorra, y no quiero que esto nos empeore a Harry y a mí, suficiente hemos tenido ya. Sin embargo, sé que ese momento llegará, y lo peor será el que no pueda evitarlo.

—Señorita Hurley, ¿está atendiendo la clase? —Logro escuchar que el profesor me dice. Parpadeo repetidas veces aún en mi trance. Emily me da un leve codeo y asiento con la cabeza.

—Sí, lo siento —Susurro y dispongo a escribir lo que ha escrito en la pizarra. Los apuntes para Harry, no puedo olvidarlos.

La clase transcurre tranquila después de la llamada de atención del profesor e intento concentrarme más en los deberes y así poder sacarme a Liam y Harry de la mente tan sólo un momento. Soy un caos. Los minutos pasan de manera rápida y es como si el tiempo decidiese correr esta vez para que vaya a casa, pero sé que cuando vaya, no podré ver a los ojos al chico al que tanto quiero y el que me intoxica tanto a la vez, sin sentir vergüenza de mí misma.

—Oye, Daphne...

—Quiero estar sola —Le respondo sin querer siendo brusca. Liam sopla su cabello hacia arriba y luego se muerde el labio, dubitativo y sin saber que decir.

—¿Estás enojada por lo que hice?... ¿Por qué te besé?

—Estoy sin saber qué hacer si Harry se entera de lo que pasó —Admití, temerosa. Él se sentó en el asiento consecutivo al mío y guardó silencio. Me llevé las manos al cabello y cerré los ojos con dirección al cielo. ¿Por qué no Harry y yo no podemos vivir sin problemas? Es como si la vida desease ponernos cada día un reto al cual sobrevivir, pero no sé si quiero resistir más. No quiero fallarle y sé que él tampoco quiere fallarme a mí, no quiero alejarme de él... ¿Por qué estoy pensando en dejarlo siquiera? Que estupidez.

—¿Lo amas, verdad? —Me pregunta Liam, mirándome aunque yo tengo la vista perdida en el verde pasto del campo de fútbol.

—Pensé que lo había dejado claro —Solté una risa sin ánimo. Enlacé mis dedos y miré éstos. Solté un suspiro—. ¿Sabes? Debo confesar que tengo miedo. —Recuesto lentamente mi cabeza sobre su hombro. Él pasa su brazo por sobre mi hombro.

—¿Y eso por qué? —Me pregunta—. ¿Él ha hecho algo? —Me pregunta, se me cruza por un instante que parece nervioso, pero lo borro al instante también de mi mente—. Si él te hace algún problema por lo del beso, yo puedo hablar con él, Daph... —Niego con la cabeza. Tengo un problema más grande. Y ese problema es mi miedo.

—No es del todo eso... Sólo, tengo miedo de lo que tenemos. O de lo que creo que tenemos —le digo—. No estamos en una relación formal... Pero tampoco somos amigos, no como tú y yo, no algo usual, ¿sabes a lo que me refiero, verdad? —él asiente—. Tenemos discusiones, algunas tontas, pero otras nos afectan tanto, Liam... —Las lágrimas pican mis ojos y me abrazo a él para no dejar que éstas fluyan—. Tengo miedo de que no funcionemos. Me he vuelto tan insegura respecto a él. No sé si soy lo suficiente. —Admito una vez más, y esta vez sí me echo a llorar en sus brazos. Él me pasa la mano por la espalda, confortándome, y me abraza. De esos abrazos que solo Liam sabe dar. Él puede ser muy fastidioso y divertido cuando quiere, pero sé que puedo contar con él en los momentos más difíciles, y considero éste como uno.

NERD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora