Capítulo 59

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Otro día, otra mañana, y otro cumpleaños más. Sonreí levantándome y comenzando a saltar en la cama alegremente mientras chillaba divertida escuchando las notificaciones llegar por montones a mi teléfono móvil. Me giro hacia la puerta y ésta es abierta, mientras ingresaban mamá, Nanny, Malcolm, Ashley, ¡Calvin!, llevando un gran pastel en manos, y yo, por millonésima vez, estaba apunto de llorar. 

—¡Feliz cumpleaños, pequeña Daphne! ¡Feliz cumpleaños a ti! —Cantaban, y yo no podía con la emoción. Calvin cantando me emocionaba lo suficiente, ¿cómo no? Tan grandulón y cantando un dulce 'feliz cumpleaños' para mí... ¡Había que sentirse honrada!

—Mami... oh, cielos, ¿cómo se han atrevido a hacerme esto? —negué, acercándome a ellos y abrazándolos uno por uno. Incluso a Ashley... sólo esta vez. Esperaba que no se acostumbre a recibir tan dulces abrazos de la realeza.

—¡Feliz cumpleaños, princesita! —Apareció papá por la puerta, aunque, a ser más exacta, ¡mi padre ahora era un gran oso de dos metros! Chillé y grité, acercándome y abrazándolo por sobre el gigante oso de peluche, mientras lloraba y sollozaba. Aparté el oso y salté en los brazos de mi padre, aferrándome a él como si de mi vida dependiese. Él llenó mi rostro de besos, haciéndome reír entre lágrimas, y acarició mi cabello con cuidado, con su tan noble y propio amor...

—Dulces dieciocho años —susurró, y la nostalgia en su voz me hizo querer llorar más—. Dieciocho años de eterna felicidad, dieciocho años de alegrías que me has brindado, mi nena. No tienes idea de cuánto te amo, Daphne —murmuró contra mi cabello mientras me abrazaba y yo a él, con fuerza y anhelo—. Siempre serás mi pequeña, ¿de acuerdo, amor?... Por favor, no sigas creciendo —Solté un pequeña risa, y asentí, dejando luego un suave beso en su mejilla.

—Te amo muchísimo, papi. —Sonreí, abrazándolo, esta vez levemente inclinada hacia mamá, quien nos observaba con lágrimas en los ojos. Papá le pidió que se acerque y ella lo hizo, abrazándonos también, mientras nos susurraba cuanto nos amaba y cuan afortunada era de tenernos—. Te amo muchísimo más, mami... Te amamos.

—Señorita Hurley, señores Hurley, creo que la casa se incendiará si no se apagan estas velas ya —chilló con horror Ashley, quien sostenía el pastel y trataba de soplar las velas para que no la alcanzaran, aunque obviamente no lo harían, sólo tenía miedo. Esta vez sería bondadosa con ella, a pesar de aún detestarla, ahora no le tomaría tanta importancia porque era mi cumpleaños y planeaba disfrutarlo en total paz con el mundo. Nanny sonreía con emoción mientras sostenía mi clásica cámara rosa, y gastaría las diez pilas de fotografías que contenía... agradecía ahora haber comprado docenas de ellas.

—Pide un deseo, cariño —sonrió mamá con inmensa dulzura, mientras papá sostenía el pastel. Me puse nerviosa, ansiosa, mientras pensaba en qué podría pedir... Aunque la cierta realidad era, que era feliz tal y como estaba. Sólo deseaba permanecer así, por ahora y muchísimo tiempo más...

Deseo ser feliz, por siempre.

Y soplé las dieciocho velas.

Ellos aplaudieron y me sonrieron, mientras yo los observaba con emoción. Me abrazaron nuevamente, todos, y me sentí tan dichosa, tan feliz... A pesar de faltar una persona sumamente especial en el momento. Lamentablemente no todo era perfecto, pero no podía negar que explotaría pronto de la emoción si Nanny no dejaba de tomar fotografías, captando cada momento de mi felicidad ahora. Salimos poco después de mi espacio y disfrutamos de un alegre desayuno en familia. Era tan dichosa y llena de suerte por tener un hogar tan feliz y lleno de amor...

NERD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora