El dolor aún permanecía en mi cabeza y pecho, pero no era tan fuerte como anoche. Sus abrazos me reconfortaron y me acompañaron toda la noche, y aunque continué llorando, a él no le importó y se negó a dejarme. Me mantuvo a su lado aun cuando le pedí que me dejase y mentalmente rogaba porque se negara. Me miré al espejo y suspiré.
—¿Es necesario? —Me pregunta, y asiento con la cabeza. Él esconde el rostro en la almohada y refunfuña. Rio ante aquello y niego con la cabeza cuando comienza a patalear como un niño pequeño haciendo berrinche—. No quiero que te vayas. —Me dice, y me siento morir una vez más.
—Tengo qué —Le digo y él vuelve a negar con la cabeza.
—No, no tienes qué.
—Sí, debo irme.
Él gruñe.
Suelto un suspiro y me digo a mí misma que todo estará bien. De vuelta a las malditas clases y con el doble de pesadilla todavía. Poco después del berrinche que realiza Harry para que no me vaya, aceptando el hecho de que debía irme, él se había encargado de recordarme toda la mañana que no olvide apuntar hasta el mínimo detalle de las clases, estuvo molestándome tanto que me vi obligada a cerrarle la boca con una gran cucharada de esa medicina que tanto detesta.
—¡No me dejes solo! —Grita dramáticamente volviendo al tema que habíamos solucionado y ruedo los ojos. Me acomodo el cabello una vez más frente al espejo y me giro sobre mí misma para ver que tal estoy.
—No voy a dejarte solo. Estarás en compañía de las medicinas y tus adorados libros —Ruedo los ojos—. Adiós, tengo que irme. Te amo —Le digo y beso sus labios antes de que él pueda responderme siquiera—. Oh, espera... ¿Cómo me veo? —Le pregunto regresándome y él se cruza de brazos sin decirme nada. Rechisto y golpeo el taco de mi zapato contra el suelo—. ¡Harry...!
—¡Hermosa!... ¡Joder! —Refunfuña y se levanta de la cama para caminar de un lado a otro, está que bota humo por las orejas y no sé la razón de su estúpido enojo. No sé si realmente me veo bien o lo ha dicho para que lo deje en paz..., y eso me hace sentir mal. Asiento suavemente con la cabeza y suspiro; me fuerzo a sonreír, más para mí misma que para él. Lo detesto ahora mismo por hacerme sentir tan insegura de mí misma, aun cuando no lo soy casi nunca; no me siento insegura de mí misma jamás, pero él me hace vulnerable a todo, y detesto eso. Tomo mi bolso que está a un lado de su cama, sobre el sofá, y me lo llevo al hombro. Veo la hora en mi reloj de mano y hago una mueca al ver que aún es temprano. Maldigo el pensar que el haberme quedado anoche con Harry ha sido una mala idea, y sólo me pongo como estúpida excusa que no se ha levantado de buen humor y que se le ha pasado el hablarme de esa manera.
«¡Te ves espectacular con ese vestido, Daphne!», intento animarme mirándome nuevamente al espejo. Me sonrío una vez más de manera forzosa e incluso rio para sentirme mejor, este vestido blanco no es el que suelo usar y tal vez no tanto de mi estilo, pero me gusta y quiero llevarlo hoy, así que así será.
—Me voy ya. —Le digo en voz baja cuando bajamos las escaleras y me acerco a él. Es temprano y no quisiera irme, pero tampoco quiero quedarme aquí, junto a él..., porque sé que podríamos pelear nuevamente y no quiero eso. No quiero pelear más con Harry.
Él frunce un poco el ceño y creo que ha visto como me ha puesto, pero no me dice nada, relaja las facciones de su rostro y se lleva la mano a la nuca, esto último es algo que he aprendido que hace cuando está nervioso.
—Vale —Contesta de igual manera y al momento que quiere acercarse a mí para besarme en los labios y despedirse, giro el rostro y sus labios tocan mi mejilla. Él frunce el ceño cuando pongo mis manos sobre su pecho buscando alejarlo de manera suave de mí, intento sonreírle y hacer como si nada hubiese pasado y muevo la mano en son de despedida.

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NERD.
Fanfiction-Feo. -Okay. -Insoportable. -Okay. -Te detesto. -Okay. -Apestoso. -Okay. -... Te amo. -O... ¿Qué? Daphne Hurley es la chica más popular de una de las escuelas más conocidas y prestigiosas del país. Ella tendrá que lidiar con su nuevo tutor; Harry E...