Capítulo 26

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Zapatos altos color rojo y brillantes, cabello castaño y radiante. Un simple movimiento y ya era la atención de todos los chicos de la escuela, y por supuesto, la envidia de muchas. Todos estaban boquiabiertos. Mastiqué la goma de mascar  repetidas veces, mientras levantaba un poco mis Ray-Ban rojas con una mano, mientras con la otra; sostenía la mano de Marcel. Éste me brindó una suave mirada, mientras se acostumbraba de a pocos a ser la atención de los demás también. Pero esta vez de otra manera, pues ya no era sólo Marcel Styles. Ahora era Harry Marcel Styles, y me encargaría de que sea respetado tal chico de Daphne Hurley.

—Me he sentido extremadamente extraño y me siento así ahora mismo —sonrió mientras entrabamos al aula, donde se encontraban algunos copiando entre cuadernos y demás.

—¿No es genial ser la atención de los demás? Por supuesto que sí —reí y él negó levemente con la cabeza.

—No creo poder acostumbrarme del todo, ¿sabes? Aún estoy extrañando mi chaleco —sonreí y mordí mi labio inferior despacio. Eso era algo que me encantaba de Harry, que a pesar de todo, era sincero conmigo y si se sentía tal vez mal con algo, lo daba a entender, lo expresaba. Me encantaba su humildad, era parte de él. Era lo que lo hacía ser él mismo.

—No te obligaré a vestir de la manera que yo quiera —negué con la cabeza—. Sabes que me gustarás de la manera que sea. ¿Y sabes? Creo que estás llamando mucho la atención con estas prendas, y me pondré mucho más celosa si esas perras no quitan la mirada de ti. —admití. Harry bajó la mirada y soltó una risita, mientras sus mejillas se pintaban de un bonito color rosa. Ahora amaba mucho más el rosa, el rubor de sus mejillas era mi favorito.

—Yo... Creo que de hoy en adelante vestiré así —dijo en voz baja, más para sí mismo que para mí. Fruncí el ceño algo confusa. ¿Por qué...?

—Harry... ¿No estarás...?

—No quiero que pases vergüenza por mí.

Y aquella confesión hizo que mi corazón cayese de pronto, de un solo golpe en seco. ¿Cómo podía pensar eso siquiera? ¿No le había quedado claro cuando le decía que lo amaba? No me importaba su manera de vestir ni nada de eso, ¿Pasar vergüenza... por su manera de vestir? Poco me importaba lo que pensaran los demás. ¿Acaso no había demostrado que no me interesaba lo que piensen los demás? Quería a Marcel y me dolía la manera en la que pensaba. Él bajó la mirada, desviando los ojos, y antes de que pudiese siquiera decirle algo, el profesor de Arte realizó su ingreso, saludando a todos.

Como no era de esperarse, me levanté de la silla que se encontraba a su lado, y me dirige a otro, justo al lado de Liam. Harry abrió los ojos algo sorprendido, pero ignoré aquello. Me encontraba molesta ahora mismo, estaba enojada con él y hasta conmigo misma. ¿Acaso había hecho algo para darle a entender que me avergonzaba de él? ¡Le había dicho que lo amaba y él parecía no comprender!

—Nena, ¿Qué traes con Marcel? —me preguntó Liam, sin prestar atención a lo que decía el profesor. Silencié unos segundos, sin saber que responderle.

—No quiero hablar de esto ahora —respondí con algo de molestia. Y ahora me explotaría la cabeza pensando en aquella pregunta.

«¿Qué somos Harry y yo?»

Me dolía pensar que la respuesta era «nada». Era cierto que nos habíamos declarado el uno al otro de una manera hermosa e inexplicable. Habíamos pasado el día, juntos de una manera maravillosa... Pero, ¿qué éramos? Estaba muy claro que la respuesta no era amigos, pero tampoco era novios. No somos pareja... No somos nada. La clase pasó de manera rápida y maldije al no haber prestado atención a absolutamente nada y tan sólo habérmela pasado pensando en Harry.

NERD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora