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C I N C U E N T A  Y  C U A T R O






Finalmente así está resultando. Familia y amigos, entre ellos Ian.

Hamburguesa, hotdogs, carne asada y tofu. Estoy frente al asador, mientras papá busca algunas cosas en la cocina y no dejo de ver la carne de color verde. Cualquiera pensaría que esta enmohecida. No le quitó la vista, incluso la toco con las pinzas.

— Tu papá prometió prepararme una hamburguesa especial. —Su voz llega a mi, de lado izquierdo. No necesito verlo para identificarlo.

— Te consciente incluso más que a mi. —Suelto la risa e Ian me acompaña.

Cuando volteó a verlo, me encuentro con una sorpresa, no está solo. Dènnis esta es sus brazos. Y no solo eso, el pequeño me extiende los brazos rogando que lo sostenga.

— ¿Puedo? —Preguntó tímida, y siento mi rostro caliente, muy probablemente estoy colorada.

El rostro de Ian se ilumina, noto como sus ojos brillan de una manera especial, como hace mucho no los veía. Esa mirada gris y cansada que había visto las últimas veces cambia. Está feliz.

— Claro que si —Responde emocionado y se dirige al pequeño— Ella es Lana Dènnis, nuestro Patu, dale un besito. —Y el pequeño coloca sus pequeños labios húmedos es mi mejilla caliente.

Deja su baba en mi y no me molesta, incluso me agrada. Tenerlo en mis brazos se siente bien. Me siento especial, y aunque no soy buena con los niños a él se le ve cómodo en mis brazos, después de un rato meciéndolo se acomoda en mi pecho. Como un bebé koala en su mamá koala.

Un olor extraño llena mis fosas nasales. Y de golpe recuerdo que tenía que cuidar la carne.

— ¡Ian! —Grita mi papá gracioso— deja de distraer a mi cocinera, y deja de verla así.

Ian sacude su rostro y toma las tenazas de mis manos y voltea los trozos de carne. Cuando papá está más cerca de mi susurra:

— ¡Que linda te ve ves! —Solo sonrió en respuesta y los dejó solos.

Camino a donde están las chicas y Emma enarca una ceja cuando me ve. Y Beth en cambio saca su celular e insiste en que me acomode para sacar un par de fotos. Y de inmediato me las envía para que las tenga de recuerdo, dice.

Cuando papá comienza a servirnos, Dènnis está quieto y compruebo que se encuentra profundamente dormido.

Liam se acerca a mi y con una sonrisa ladina comenta

— Nunca lo había visto tan tranquilo, a Ian siempre le cuesta dormirlo.

Sus palabras me alegran. Y me siento aún más feliz cuando Ian llega a mi lado y se da cuenta de lo que logré con su hijo.

— Cuanto lo envidio —Murmura— Pero era obvio, cualquiera cae rendido en tus brazos.

Solo niego pero le regalo una sonrisa cómplice.

— Dámelo para que comas, lo recostare en el sofá.

— No hay problema, en realidad no me molesta. —Miento un poco, porque mi brazo está un poco entumido con el peso del pequeño, pero estoy tan a gusto con el en mis brazos que puedo soportarlo.

— Para que comas agusto —Insiste— Cuando termines el estará despierto y puedes tomarlo de nuevo.

Habla como el padre responsable que es. Asiento y le doy al pequeño en brazos.

Cuando estaba asando las carnes, por mi mente paso que papá siempre es muy basto a la hora de preparar comida, que incluso parecía una exageración toda la comida que preparaba, pero con todos aquí, reunidos en el patio, comiendo sin preocupaciones parece que la comida se terminara.

El día que te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora