Adrien
No pensé que fuera a aceptar.
Y la verdad es que me había convencido de que no me molestaría si no lo hubiera hecho. Yo solo quería que dejara a un lado las niñerías para que pudiéramos trabajar en paz, o eso pensé hasta se apareció en mi oficina con ese bonito vestido azul.
De repente me vi insistiéndole en que aceptara la invitación y al rato ya estábamos acomodados en una mesa para dos en mi restaurante favorito. Y joder, no lograba apartar la vista de la pálida piel de sus hombros contrastando con ese azul oscuro, dejando ver lo perfectamente bien delimitado que parecían sus pechos en ese escote sencillo y conservador que ya me estaba poniendo inquieto.
- Te ves muy bien –dije carraspeando e intentando apartar la mirada, sino quedaría de nuevo como un jodido pervertido
- Ah, gracias. Alya insistió en que lo usara –respondió señalando la prenda– es nuestro vestido de la suerte
- ¿Vestido de la suerte?
- No queda bien a ambas... o nos quedaba antes de que a Alya le creciera la panza –me conto riendo– como esa ridícula película de los pantalones, ¿sabes de que hablo?
Negué con la cabeza deseando que dejara de reír. Estando de buen humor parecía una chica tan amable que daban ganas de coquetearle con descaro.
- Se supone que un grupo de amigas tienen un pantalón que les calza bien a todas –me conto apartando el plato ya vacío frente a ella– y cada que lo usan pasan cosas buenas
- Suena a una perfecta película de chicas adolescentes
- Lo es –admitió riendo otra vez– pero cuando Alya y yo nos conocimos no éramos precisamente adultas
Su mirada pareció entristecerse por un marcado segundo, pero al instante volvió a sonreír.
- ¿Ustedes se conocen hace tiempo?
- Desde primaria
- Vaya, una larga amistad ¿no? –ya era tiempo de sonsacarle algo del tipo de relación que traía con esa tal Alya
- Muy larga. Ella lo es todo para mi
Mega mierda.
- Vaya... g-genial –carraspee involuntariamente y pareció notar mi incomodidad pues me miro extrañada– eso es genial
- Supongo... es lindo tener a alguien así –admitió matándome lentamente.
Me lleva el carajo.
- Entonces... ustedes están juntas. Que bien, apoyo eso –dije rápido y molesto llevándome la copa de vino a los labios para terminarla de un sorbo y llamar al mesero– ¿Disculpa? ¿Puedes traerme un Martini seco?
El tipo pareció captar mi cara de pocos amigos y atendió raudo mi llamado, desapareciendo al instante en busca del trago que necesitaba con desesperación.
- ¿Juntas? –me pregunto Marinette con una divertida expresión en su rostro
- No tienes por qué ocultarlo, no soy de esas personas que se espantan por ello –asegure ya que era verdad. Solo me chocaba la tremenda perdida que suponía una mujer como ella– apoyo la diversidad sexual
Al instante mis palabras provocaron la carcajada explosiva más estruendosa que le había oído soltar en toda la noche. Tanto así que esta chica prácticamente se agarraba el estómago del dolor que le provocaba tanta risa.
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Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]
Fanfiction- ¿Sabes? -me pregunto Marinette evidentemente molesta- En tiempos de Copérnico se descubrió que el mundo gira alrededor del sol, no alrededor tuyo A pesar de que la habitación estaba a oscuras pude ver su contorneada silueta recostarse en la cama...