Capítulo 49

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Adrien.

Ese par ya llevaba a lo sumo media hora parloteando ahí arriba. Y ya no lo soportaba.

- Te ves tenso Adriencito. ¿Sucede algo?

- No me hables –le pedí a Vitto, siempre tan burlón.

- ¿Me estoy perdiendo de algo?

- ¡Que pregunta! Mira West, yo voy a explicarte –siguió diciendo a pesar de mis suplicas– nuestra Nette, siempre tan popular en esto del amor, esta allá arriba charlando muy entretenida con el perfectamente famoso Luka Couffaine.

- Vitto –le advertí mientras danzaba bordeando peligrosamente los límites de mi paciencia.

- ¿Y? –pregunto West sin encontrar problema en el asunto.

- ¡¿Y?! ¿Qué no ves? –exclamo– ¡nuestro Adrien aquí está a punto de ser reemplazado!

- ¡¿Qué?! ¡No!

Ambos gritaban a mi alrededor sin ser conscientes que cada palabra me hundía más y más en los profundos mares de la desdicha. Ahí, sentado solo y desamparado en mi humilde puesto en el mostrador.

- ¡Netta no puede cambiar a Adrien! –chillo West enfadado– ella lo ama.

- ¡Claro que lo ama! –le respondió Vitto subiendo más el tono– pero la carne es débil. Y teniendo una tentación tan grande como el apuesto y exitoso de Luka es muy fácil sucumbir.

- Vitto ya basta, por favor –suplique sin energías para levantar la cabeza.

- Oh vamos Adrien, no te desanimes. Tu eres guapo también –menciono West acompañado de una buena palmada en la espalda– tal vez no tanto como él, pero lo eres.

- Es cierto. No te dejes intimidar por su inigualable talento, su sonrisa perfecta o su carismática forma de ser. Joder, estoy dudando de mi heterosexualidad.

Estos no ayudaban en nada.

- Escuchen –dije ya decidido a acabar con esto– no está sucediendo nada ahí arriba. Solo se trata de un par de amigos charlando sobre cosas sin importancia.

- ¡Un par de amigos envueltos en una inigualable tensión sexual! –grito Vitto sin pararse a pensar siquiera en la clientela.

- ¡Ya basta! Tartado, lo asustas.

- Es tarado –lo corrigió– insúltame con propiedad. Orangután.

Ya no había caso con ellos asi que los empuje de vuelta a la cocina mientras se enfrascaban en su propia discusión. Al menos con eso ya se olvidarían de querer "ayudarme" con sus consuelos idiotas.

Hoy el día parecía flojo. No había más que un par de parejas sentadas en las mesas del fondo y un grupo pequeño de amigas que parecían estar pasando el tiempo sin mucho entusiasmo, lo cual no ayudaba para la distracción.

El reloj marcaba el cuarto para la una y sin poder evitarlo me asome hacia la escalera escuchando un coro de risas que se sintieron como una severa patada en el estómago.

- ¿Entrometiéndote en lo que no debes? –me pregunto de repente una voz que me provoco un sobresalto.

- ¡Alya! ¡Jod... me asustaste! –chille evitando el inocente garabato al ver a Alex en sus brazos.

- Veo que la cita de Luka y Marinette está en pleno proceso.

- ¡No es una cita! –grite haciéndola reír.

Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora