Adrien.
- ¿Estas segura que no hay nada más? –le pregunte estrechándola en mis brazos y cargando el peso de su cuerpo sobre el mío.
Aun no podía apartar del todo de mi mente la visión de ella estando en los brazos de Luka cuando llegue al apartamento, y es que eso me estaba colmando de la incesante sensación de que él sabía algo que yo no. Algo en lo que Marinette necesitaba apoyo que no podía encontrar en mí. Pero ¿Qué?
¿Qué cosa podría ocultarme?
Okey, éramos novios hace menos de veinticuatro horas, lo sé. Y antes de eso, si bien nuestra relación había avanzado más allá de lo que no había sido en mucho tiempo, ella seguía reacia a abrirse a mí por obvias razones relacionadas con mi completa gilipollez. ¿Pero tanto como para buscar consuelo en Couffaine?
- Segura –susurro con la cara escondida en el hueco de mi cuello. Sonaba triste.
- Marinette. Estabas llorando cuando entre –dije intentando que me confiara eso que traía atorado– dime la verdad.
- Ya lo hice. Tuve un mal día en la oficina, es todo –insistió dedicándome al fin esos ojos azules de ensueño.
- ¿Luka te hizo algo? ¿Jenkins?
Tardo un rato en contestarme mientras volvía a juguetear con el botón de mi camisa. Pensativa.
- Jenkins es... mas que un imbécil.
- Cariño, no te contengas. Si quieres insultar a ese gordo fascista hijo de su prostituta madre puedes hacerlo frente a mi –reí.
- Lo sé, lo sé. Es que... carajo, quiero que ese idiota deje de ser un tema en nuestras vidas –soltó al fin en modo de desahogo– quiero que solo seamos tu y yo, y que él ya no exista más.
Por fin libero el bendito botón y acto seguido tomo el segundo.
- Si eso quieres –susurre sonriendo al ver ese rostro tan lindo enfocado en mis botones– pero ya no estés triste.
- No estoy triste –me corrigió– estoy harta. De él y de su poder.
- ¿Por qué lo dices? ¿Acaso no había sido una simple discusión? –pregunte temiendo que el tipo se haya pasado de la raya y sea eso lo que la hizo llorar.
- L-lo fue –balbuceo no muy convincente– es solo que... interrumpe con mi capacidad creativa. Es todo.
- Entonces simplemente ignóralo. Puedes trabajar como compositora para cualquier otra empresa, no tienes porque aguantar sus estupideces.
- ¿En serio lo crees?
- Claro. Eres lista, talentosa, linda, inteligente –dije ayudándola con el botón para que pasara al siguiente– cualquier empresa en Paris querría trabajar contigo.
- Entonces... ¿para ti estaría bien si dejara Journal?
- Por supuesto que sí. Recuerda que nunca se me hizo buena idea que volvieras –admití extrañado de sus palabras– ¿Por qué lo preguntas?
- ¿Lo juras?
- ¿Qué?
- ¿Juras que no quisieras que yo volviera a Journal nunca mas en toda mi vida? –repitió mirándome con una energía inusitada– ¿pase lo que pase?
- Claro que lo juro, pero ¿a que viene todo esto? –quise saber. Me sentía muy confundido.
Marinette estaba sobre mí, recargando el peso de su cadera en mis piernas con los ojos fijos en los míos, como si estuviera escaneando cada rastro de mentira en mi voz mientras preguntaba cosas que a mí me parecían incoherencias.
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Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]
Fanfiction- ¿Sabes? -me pregunto Marinette evidentemente molesta- En tiempos de Copérnico se descubrió que el mundo gira alrededor del sol, no alrededor tuyo A pesar de que la habitación estaba a oscuras pude ver su contorneada silueta recostarse en la cama...