Capítulo 16

5K 413 446
                                    


Regalo de día lunes. Descansen y lo leen por la mañana... si quieren. Si no van ahora y me dicen que tal

Pd. Eh visto dos nominaciones a esta historia para los Plagg Awards. Entre o no al concurso, mil gracias. Es un hermoso detalle roo_castillo y RbkSanCru Son tremendas! Para vosotras es este capitulo. 

Marinette


Agradecía al cielo que la noche estuviera así de cálida. No había viento y la luna se ponía cada vez más clara con nosotros ahí en medio de un montón de rocas.

Adrien se había llevado el desafortunado honor de oír toda la historia, y la escucho con parsimonia de pie frente a mí, rodeando mi cuerpo, acariciando mi mejilla, secando lagrimas que por más que intentaba retener salían sin permiso.

- No recuerdo haber deseado algo con tantas ganas en toda mi vida –le confesé agarrada a su camisa– de verdad quería entrar a esa mierda de academia. Quería que ellos me vieran tocar y se convencieran de que estaba bien hacerlo. Pensaba que eso despejaría sus dudas

En aquellos tiempos mi habitación era tan rosada. Luego estaba sucia. Luego era blanca. Luego no era mía.

- Les pedí que salieran a conseguir aquello por lo que había rogado durante años –admití escondiendo mi cara como si estuviera avergonzada– fui tan tonta. Llovía mucho pero jamás imagine que algo así pasaría

Agradecía que estuviera en silencio mientras recordaba todo esto, porque nunca lo había hecho con tanto detalle.

- Al final no volvían, y con Alya haciéndome compañía empezamos a extrañarnos por la demora. Pasando medianoche ya estaba desesperada, no contestaban mis llamadas, no regresaban y al final apareció la policía.

- Cielos –susurro besándome la coronilla

- No hable durante semanas. Solo sabía llorar Adrien –admití sin ganas de seguir haciéndolo. Estaba cansada– deje de ir a la escuela, querían enviarme a un hogar para menores porque no tenía más familia y aun no cumplía la mayoría de edad. Pero Alya me acogió en su casa y viví con ella hasta que tuve los dieciocho

Me tome un momento para respirar pues lo último que quería era ponerme a hipar narrando lo que tal vez sea la escena de película más patética del mundo.

- Creo que todo eso tal vez fue para peor porque en aquellos tiempos la madre de Alya no me soportaba. A mí y ni a mi jodida depresión y termino por irse –admití reconociendo que yo prácticamente había arruinado no solo a mi familia sino también a la de ella– Volví a la panadería, decidí hacer todo para abrirla otra vez y estuve malabareando cuentas por dos años en lo que me las arreglaba para terminar la secundaria y aplicar para la universidad. Mi madre soñaba con que fuera doctora pero no me aceptaron ni para cursos por correspondencia –dije queriendo reír por eso. Pero no lo logre– al final tome un año de fotografía profesional y lo deje porque ya no podía pagar. Y aquí entre nos, jamás fue lo mío

- No te imagino siendo mala en algo

- A los veinte me embargaron. Perdí la casa y me mude con Alya a nuestro bonito departamento cerca de la pizzería de Gino para que pudiera llegar temprano al trabajo todos los días –finalice con un suspiro profundo– Al poco comenzamos a vender nuestras cosas para comprar algunos muebles y con ello termine de despedirme de lo último que me quedaba. Las joyas de mi mamá, la guitarra que me regalo, la colección de discos de mi padre. Lo vendimos todo, joder. Desearía no haberlo hecho pero en ese momento no parecía haber más opción

Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora