Capítulo 30

4K 317 906
                                    

Luka.

Las luces del carrusel hacían brillar su cabello oscuro.

Yo me sentía tan lleno de un indescriptible sentimiento de regocijo que estaba deseando que todo eso durara para siempre. Marinette y yo en una charla eterna mientras el mundo alrededor parecía borroso al estar ambos caminando entre caballos de madera que giraban para nosotros.

- Dime algo –soltó volteándose para mirarme. Su sonrisa era preciosa– ¿Qué comerías de un solo bocado y sin dudar?

- ¿Qué manera es esa de preguntar mi comida favorita?

- No cuestiones mis métodos. Solo responde –exigió riendo igual que yo

- Mmm pues, patatas fritas –dije sin pensármelo demasiado. Era un puñetero adicto a la comida rápida.

- ¿Cómo porongas estas en tan buena forma entonces? –pregunto a la rápida antes de sonrojarse.

- ¿Crees que estoy en buena forma? –inquirí buscando su mirada– anda Marinette, puedes admitirlo, no me enfadare.

- Cállate.

Puso su mano en mi cara para apartar mis ojos de ella porque parecía algo avergonzada por dejar salir el comentario sin permiso.

- Cállame –le dije como desafío sin esperar a que resultara, pues solo formo una sorprendida "o" con esos perfectos labios y luego se echó a reír.

- Ya quisieras.

Y vaya que sí.

- ¿Alguna otra pregunta? –quise saber en lo que se apoyaba en un barandal quedando frente a mí.

Seguíamos girando. A este ritmo terminaríamos vomitando pensé alegrándome de que no hubiésemos cenado nada aun.

- Si –soltó pasando sus manos por mi cuello otra vez– ¿Realmente murió tu gato?

Me reí con ganas una vez más en lo que me agarraba de su cintura. Había perdido la cuenta de cuantas carcajadas de genuina felicidad había soltado después del mejor beso de mi vida.

- Jamás he tenido un gato –admití viendo alivio en su rostro.

- Me alegra. Me habría apenado mucho que hubiese muerto de verdad –dijo con genuina lastima– es más, eso me habría hecho querer consolarte.

Ahora fue mi turno de sonrojarme. Y lo supe porque por poco y sentí el vapor salir de mis orejas.

- M-me refería a que... nunca tuve solo un gato –aclare carraspeando– tuve varios, y todos murieron el mismo día.

- ¿El mismo día? ¿Todos?

- Si, los... catorce.

- ¿Tenías catorce gatos? –sabia perfecto que estaba mintiendo. Podía notarlo en su divertido tono de voz, pero como ella aun no me detenía seguiría intentándolo hasta el final.

- Sí, todos murieron... ayer, de hecho.

- Eso es muy triste –dijo acercándome a su rostro. Veía venir el segundo round– muy triste... si tan solo fuera cierto, embaucador.

Me soltó un golpecito en la cabeza y lamente por un segundo que no hubiese funcionado antes de que volviéramos a reír.

La abrace fuerte y escondió la cara en mi pecho permitiéndome besarle la coronilla de la cabeza, momento en el que el carrusel se detuvo. Permanecimos unos minutos más ahí en un agradable silencio, antes de que mi chica especial tuviera una fantástica idea.

Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora