Adrien.
- ¿Hay alguien más? –pregunte viéndola alejarse de mí.
- No. No es eso.
- ¿Entonces?
Me daba la espalda y se abrazaba a si misma sin responderme nada. Caminando por la cocina mientras yo permanecía en mi sitio, estático, deseando que me dijera que pasaba por su mente.
- Lo siento –hablo al fin tapándose la cara.
Marinette.
Me temblaban las piernas.
¿Cómo podía ser?
Me había derribado con sus palabras, completamente. Completa y patéticamente. Pasar tanto tiempo intentando no pensarle, no recordarle, no imaginarle, para que ahora aparezca de sorpresa a decir lo mucho que me ama. ¿Cómo podía caer tan deprisa? ¿Y cómo es que parecía querer ceder? ¿Querer hundirme en todo esto otra vez? ¿Acaso estaba loca o era masoquista?
- C-creo... que bebí demasiado –balbuceé quitándome las manos de la cara y llevando una a la cabeza y la otra a la encimera. Necesitaba agarrarme de algo sino me derretiría aquí mismo.
- ¿Te encuentras bien? –Adrien hizo ademan de querer acercarse, pero me retire de un salto, como si hubiera visto una araña. Si permitía que me siguiera tocando si quiera una mano estaría perdida.
- ¡Si! Es solo que el vino se me está subiendo a la cabeza –exclame buscando un vaso para tomar agua.
- Aun no me respondes –insistió.
Le di la espalda para beberme el agua de un solo sorbo. Joder, respira, respira. Piensa en algo feo.
- Adrien yo... no sé qué es lo que quieres de mí, pero...
- ¿No lo sabes? –rio con un dejo de amargura– por favor Marinette, me acabo de abrir a ti por completo. Creo que fui bastante directo cuando dije que quiero volver. Que te amo y quiero recuperarte.
- No lo digas asi –susurre más para mí que para él.
- Y también quiero saber si estas dispuesta a darme una oportunidad –continuó diciendo como si no fuera consiente que cada palabra era un flechazo– sé que ha pasado tiempo y que me fui sin darte una buena explicación. Entiendo que estés molesta y quieras tomártelo con calma...
¡¿Calma?! ¡¿Calma?! ¿Quería calma después de hablarme así? Joder, estaba a punto de saltarle encima.
Respira Marinette. Es obvio que el vino me sentó mal. Es obvio que no me sentiría así si no fuera por eso. ¿Verdad?
- ¿Marinette?
- ¡¿Qué?!
- ¿Te parece bien? –pregunto pendiente de mi expresión– ¿Qué lo hagamos así?
- ¡¿Hacerlo?! –exclame con la cabeza llena de humo– ¿Qué clase de chica crees que soy Adrien?
- ¿Qué?
- Solo porque vienes aquí después de mucho tiempo a confundirme con tu... tu... tu perfección no significa que caeré a tus pies. ¡No señor!
- Espera, no estoy diciendo que tú y yo...
- ¡No quiero más excusas!
- Marinette, tranquilízate –me pidió aun atreviéndose a reír. Aquí y en mi cara– te dije que si quieres tomarlo con calma puedo irme y hablamos de esto en otro momento.
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Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]
Fanfiction- ¿Sabes? -me pregunto Marinette evidentemente molesta- En tiempos de Copérnico se descubrió que el mundo gira alrededor del sol, no alrededor tuyo A pesar de que la habitación estaba a oscuras pude ver su contorneada silueta recostarse en la cama...