Capítulo 19

3.7K 341 234
                                    


Adrien

- ¿Podrías por favor decirme que carajo hiciste?

Increíble, no bastaba con que Marinette se hubiese ido. Ahora Sophie me regañaba.

¿Cómo llegamos a esto?

- No lo sé –conteste agachando la cabeza

- ¡¿Cómo que no lo sabes?! –exclamo molesta– ¡Se fue! Y la cena estaba lista. Algo debiste hacer

¿Regarla a más no poder? Me pregunte en mi mente. Aunque en realidad, más que pregunta, era una afirmación porque precisamente eso era lo que había hecho.

- Estoy cansado Sop, me iré a la cama –solté junto a un suspiro obligándome a levantar mi cuerpo de la silla donde lo había dejado caer

- Espera, ¿no cenaras?

- No tengo hambre –admití arrastrando los pies, no sin antes llevar conmigo la botella de vino que me había costado un mundo abrir

- ¿Adrien? ¿Estás bien?

Ya iba a la mitad de la escalera, y como no podía ver su rostro ni ella el mío, me di el permiso de no contestar. Podía ser deficiente como ser humano pero hasta yo tenía mi límite en cuanto a mentiras se tratara, y decir que estoy bien será una mentira.

No supe a qué hora termine de bajar la botella de vino, solo supe que cuando fui a buscar otra la cocina estaba impecable y toda la comida estaba cuidadosamente guardada dentro de la nevera.

- V-vaya... mi Sophie está creciendo –dije rebuscando en mi alacena favorita del departamento en busca de más alcohol mientras me entraba la nostalgia.

En el pasado esa niña habría dejado el desmadre tal y como lo dejo para irse a ver la televisión comiendo dulces. Pero ahora no, podría llevar una casa sin morir en una avalancha de platos sucios.

¿Qué estaba pensando?

Me sentía medio aturdido cuando encontré una botella que llamo mi atención entre las otras, y por eso mismo creo que no pude discernir entre una buena idea y una mala idea al sopesar la opción de abrir ese vodka.

Bueno... lo hice. Y el día siguiente me advirtió de mi mala decisión temprano por la mañana.

- ¿Hermanito, no debías ir a trabajar hoy?

Abrí los ojos de par en par y me levante de un salto que de inmediato me recordó lo lerdo que podría llegar a ser con resaca, pues rápidamente llegue al suelo sin que mi hermana o mi cerebro pudieran impedirlo.

- Mierda, ¿estás bien? ¿Qué carajo te...? –Sophie me ayudo a incorporarme al tiempo que entendía mi estado– ¿Tienes resaca?

- Claro que no –asegure llevándome una mano a la cabeza– ¿Qué hora es?

- Casi las once

- ¡¿Qué?! ¡Joder! –grite poniéndome nuevamente de pie– ¡¿Sophie porque no me despertaste antes?!

- Lo siento, me dormí también –dijo con aire inocente– joder, creo que van a despedirme por llegar tarde otra vez

- Mierda... okey, llévate el auto. Le diré a Etienne que pase por mí –le ordene rápidamente mientras buscaba mis pantalones y aguantaba las ganas de vomitar

- ¿Te bebiste todo esto? –pregunto sorprendida señalando las botellas vacías

- Cállate y hazme caso, no puedes perder otro empleo

Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora