Capítulo 11

4.8K 409 325
                                    


Marinette

La ducha me recompuso totalmente. Tanto que agradecí haber aceptado venir un momento al apartamento. Pero ya me sentía ansiosa por volver, sobre todo porque parecía que pronto empezaría a llover.

Rápidamente me vestí con mis jeans favoritos, una camisa a cuadros roja y coloque mi cabello en un moño alto para estar más cómoda al tiempo que buscaba ropa para Alya y algunas otras cosas que de seguro necesitaría pasando varias semanas en el hospital.

Mientras recorría su habitación no podía creer que estuviésemos en esa situación, pero era mejor agradecer que no hubiese sucedido lo peor, así que decidí concentrarme y terminar luego mi tarea pues intuía que Adrien debía estar aburrido esperando.

- Re agenda eso para la siguiente semana, y el tema de los productores lo veré el viernes –decía el rubio hablando por teléfono con la que supuse seria Rita–... yo hablare con Jenkins mañana. Por eso no te preocupes

Me vio bajar y de pronto se sonrojo un poco. O eso pude notar antes de que se volteara hacia la ventana fingiendo mirar para otro lado.

Me dirigí a la cocina y eche a andar la cafetera al tiempo que también empacaba algunos de los libros y revistas de cocina que a Alya le gustaba leer. Lo que me recordó los muffins de manzana que había preparado el día anterior.

- ¿Estás lista? –quiso saber Adrien entrando a la cocina

- Casi –dije alcanzando un par– ¿Quieres uno?

- ¿Tú los hiciste? –pregunto con cara de asco

- ¿Si así fuera no te los comerías?

- Sospecharía que quieres envenenarme –admitió, al parecer de mal humor otra vez

- ¿Te crees blanca nieves? –escupí riendo– ¿Qué te pasa ahora?

- Nada –soltó tomando igualmente un muffin y dándole una mordida– no está mal

Se fue contestando otra llamada y simplemente rodé los ojos, preguntándome si algún día llegaría a comprender a ese hombre.

Prepare un café, lo metí en un termo y me arme con mi abrigo lista para salir de nuevo, estando Adrien esperando impaciente y no muy de acuerdo con mi decisión.

- No deberías volver ahora –insistió– ¿no entiendes que Alya estará bien?

- Tu eres el que parece no entender que debo estar con ella

- No hará ninguna diferencia. Ni si quiera se enterara de que no estuviste

- Eso no me importa, solo quiero acompañarla –dije medianamente harta de tanto reclamo– además no me siento bien estando aquí sola

- ¿Ese es el problema? ¿Qué te quedaras sola?

Apenas y termino de decir aquello una ráfaga de viento azoto las ventanas provocándome un brinco en el corazón.

Odiaba la lluvia y odiaba las tormentas. Tanto que cada que se acercaba una me sudaban las manos y mi respiración se hacía más rápida, como si se tratara de esas estúpidas crisis de pánico.

- Puedes quedarte en mi casa si quieres –me ofreció viendo como me quedaba mirando fijamente la ventana– hay un cuarto de invitados y...

- Prefiero estar con Alya –dije colocándome bien el abrigo– ¿me llevarás?

Soltó un gran suspiro y finalmente pareció rendirse pues también puso encima una chaqueta y salimos raudos rumbo al estacionamiento.

Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora