22° Amor.

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Sunni:

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Sunni:

— ¿Te has quedado dormida? —susurró.

— No, pero si tengo sueño, comimos demasiado —me levanté de la cama.

— ¿A donde vas? —gruñó.

— Solo revisaré si mi madre no me envió un mensaje. ¡Wow! ¿Tienes una piscina? —pregunté emocionada mirando por la ventana.

— No, es el río del Amazonas —rió y acto seguido le lancé una almohada —¿Quieres entrar? —sonrió.

— No traje mi bañador —me crucé de brazos.

— Ese no es problema —se levantó y en un movimiento rápido, quitó su camiseta y después prosiguió con los pantalones. ¿Ya tenía la confianza de quitarse toda la ropa frente ami?

Yo estaba atónita, Jungkook tenía unas piernas envidiables y torneadas, ver su torso pálido y desnudo me hizo tragar saliva duramente muy nerviosa.

— Tranquila, no haremos nada, nadie va a desnudarse por completo aquí —caminó al closet y tomó un par de shorts deportivos para después colocárselos—. Mi madre compra demasiada ropa, seguramente tiene un bañador, iré a buscar ya vuelvo —salió de la habitación.

— Tal vez este te quede —me dio un traje de dos piezas en color negro, demasiado provocativo para mi gusto pero seguramente satisfactorio para el.

— Es de tu madre, no puedo usarlo, Jungkook.

— Amor,el bañador aun lleva la etiqueta puesta, jamás lo ha usado ni lo usará, mi madre compra tanto que luego no se acuerda de las cosas que tiene —rió.

— ¿Entonces no crees que lo note si lo tomo prestado?

— Claro que no —negó—. Esa puerta es el baño, te esperaré aquí.

Entré al baño que se encontraba en la misma habitación y me miré en el espejo un par de segundos. Me daba vergüenza que Jungkook me viera en bikini, me sentía un poco insegura con mi cuerpo y en ese momento no sabía que hacer. Sujeté mi cabello con una liga y posteriormente comencé a quitarme la ropa para ponerme el bikini, decidí usar encima la camiseta que llevaba puesta ese día y tímidamente salí cubriendo mis piernas con mis jeans doblados. Jungkook volteo a verme y sonrió.

— ¿Te meterás con la camiseta? —preguntó, yo asentí—. ¿Y como piensas volver a casa? ¿Solo en sostén? —alzó una ceja.

— Buen punto, no lo había pensado —rasqué mi nuca.

— Quítatela, te prometo que eres perfecta, no tienes porque avergonzarte de tu cuerpo, eres una diosa —se acercó hacia mi y tomó el borde mi camiseta, comenzó a subirla lentamente, dejando expuesta la parte superior del bikini—. ¿Lo ves? Eres preciosa —me abrazó con fuerza y bajó su mano hasta mi trasero para darle una traviesa palmada.

Secretos | Jungkook. En edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora