25° Ganas.

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Sunni:

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Sunni:

— ¿Enserio? —sonreí.

— Sí, estoy muy enamorado de ti y se siente tan puta madre bien decirlo —me tomó de la cintura.

— Yo también estoy muy enamorada de ti, Jungkook.

— Algo se quema —murmuró.

— ¡Carajo! —me solté de su agarré y caminé hacia la estufa.

— ¿Qué es eso? —preguntó curioso, recargando la mitad de su cuerpo en la barra.

— Se supone que era un pancake pero ya ves que el primero siempre sale mal, lo intentaré de nuevo —reí apenada.

— ¿Porqué tu cabello esta mojado, amor?

— Tomé una ducha para ir al instituto, lo siento espero que eso tampoco te moleste.

Creo que no estaba bien que anduviera rondando por su casa mientras el dormía, debía dejar de hacerlo.

— Eso si me molesta y demasiado —gruñó, caminando hacia mi.

— Lo siento, te juro que no revisé o hice nada.

— ¿Porqué no me esperaste para ducharnos juntos? —fingió enojo abrazándome por detrás.

— No me pongas nerviosa o esto se quemará de nuevo —reí.

— Oye, ¿te sientes bien? ¿No te duele algo? Puedo ir a la farmacia por unas pastillas para el dolor —tocó mi vientre preocupado.

— Descuida, amanecí de maravilla.

— También yo, solo que desperté sin mi chica.

— Ya te dije que te vi durmiendo tan lindo que no quise despertarte —apreté su mejilla.

Seguimos charlando mientras yo cocinaba hasta que escuchamos mi celular sonar, la pantalla se iluminó con una llamada entrante de mi madre, Jungkook me hizo una seña de que le contestara y que el se quedaría en silencio.

— ¡Hola! —respondí de lo más normal, si notaba que estaba nerviosa me mataría.

— Hola cariño, no me llamaste.

— Lo siento es que estoy haciendo el desayuno, Lisa está tomando una ducha.

Jungkook empezó a acariciar mi trasero y mis pechos desesperado, intentaba concentrarme en lo que mi madre me decía pero cuando sentí sus labios sobre mi cuello comencé a jadear.

— ¿Estás bien, hija?

— Si, solo tengo un poco de tos —fingí.

— Tomate una pastilla y vayan al instituto, te quiero.

— También yo, adiós —colgué—. ¿Qué ocurre contigo? —golpeé su hombro avergonzada.

— Lo siento, no me resistí a tocarte —rió.

Secretos | Jungkook. En edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora