24° Inexplicable.

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Sunni:

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Sunni:

Jungkook se levantó de la silla y tomó mi mano, nose como fui capaz de subir las escaleras si mi cuerpo estaba temblando tanto como si hubiera bebido muchas bebidas energéticas. Llegamos a la puerta de su habitación pero este se detuvo haciendo que chocara levemente con su espalda.

— ¿Podrías esperarme un segundo? Haré algo rápido, solo aguarda aquí —dijo un poco nervioso.

— Bien —contesté.

— No mires —rió para luego encerrarse velozmente en su habitación.

Aunque intenté ver el interior no pude pues cerró la puerta bastante rápido impidiéndome mirar, pasaron máximo unos tres minutos hasta que Jungkook volvió a abrir y caminó hacia mi.

— Ven, espero te guste —dijo volviendo a tomar mi mano y caminando hacia adentro.

Al pasar, lo primero que vi fue un camino de pétalos en dirección a la cama, las luces estaban apagadas pero la habitación se iluminaba con velas, muchísimas velas. Había ramos de rosas blancas y rojas por todas partes e incienso, las cortinas estaban levantadas, permitiéndonos ver la hermosa luna llena que también nos daba luz esa noche. Todo se veía hermoso, perfecto.

Mágico.

Volteé a mirarlo con los ojos un poco empañados, se notaba que dedicó mucho esfuerzo en hacer esto para mi y no mintió al decir que sería especial. Me lancé a sus brazos y me aferré a su pecho, pudiendo sentir lo rápido que su corazón palpitaba.

— Todo es tan bello, no sabes como te agradezco —me separé de el para acariciar su rostro.

— No llores mi amor, tu te mereces todo, esto no es nada comparado a las cosas que tu has hecho por mi —sonrió.

— Te quiero como nunca he querido a alguien.

— ¿Ni siquiera habías querido así a Baekduende? —alzó una ceja.

— No lo arruines —reí volviéndolo a abrazar.

En un instante me tomó del rostro y comenzó a besar mis labios, puso sus manos en mi cintura mientras yo rodeé las mías en su cuello, el beso era pasional pero muy delicado a la vez. Trataba de mantenerme relajada y hacer lo que Lisa me había aconsejado, ella tenía toda la razón pues Jungkook era el indicado para mi, al que quería entregarle algo que había estado conservando por tanto tiempo.

— Te quiero —susurró para luego cargarme entre sus brazos y continuar besándome.

Caminó hasta la cama y me posicionó en ella con suavidad, posteriormente se recostó a mi lado y bajó a besarme el cuello provocando que jadeara un poco, su mano empezó a acariciar uno de mis pechos para después darle un leve apretón y luego de unos minutos se detuvo para levantarse a quitar su camiseta, tragué saliva nerviosa al quedarme apreciando su ejercitado cuerpo que tanto me hipnotizaba.

Secretos | Jungkook. En edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora