LA NUEVA ESCUELA

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Estaba tan nerviosa por iniciar mi penúltimo año lectivo, que no había logrado descansar la noche anterior. Sin embargo, cuando desperté esa mañana, me empecé a sentir de alguna forma esperanzada. Me di una larga y relajante ducha, Me puse un jeans desgastado, una t-shirt blanca y mis converse color plata, y bajé a desayunar.

─ Cariño te preparé unos deliciosos panqueques y compré la miel de maple que tanto te gusta ─ dijo mamá mientras sacaba unas llaves de su bolso, y luego continuó ─ desearía quedarme más tiempo charlando, pero se me hizo tarde. Así que les deseo un hermoso día.

Luego de besarnos la frente a Tommy y a mí, salió apresurada y desde la puerta gritó ─ Titi, espero que puedas hacer muchas amigas hoy.

Puse mi mejor cara de pocker, mientras Tommy me miraba detenidamente y comía su cereal de chocolate al mismo tiempo. Luego preguntó ─ ¿Del 1 al 10 que tan nerviosa te sientes?

11 respondí sin vacilar, a lo que él contestó alborotando mi cabello y mirándome con compasión

─ No te preocupes hermanita. Todo va a salir bien. Estamos juntos en esto.

Me tomó ambas manos cariñosamente y continuó ─ Ahora tenemos que irnos. No quieres que lleguemos tarde a nuestro primer día de escuela.

Tomé mi auto y conduje hasta la Escuela, mientras escuchaba a todo volumen mi playlist favorito, con la actitud más positiva que me era posible.

Al final del día y a pesar de todos mis miedos y dudas, me había logrado ambientar inexplicablemente bien a la nueva escuela desde el comienzo.

Al fin y al cabo, papá y mamá tenían razón. Este era un nuevo comienzo y era precisamente lo que mi vida tanto necesitaba; dejar atrás todo el dolor que había causado aquella noche a nuestras vidas, y seguir adelante en un lugar donde nadie creyera conocerme o incluso se atrevieran a juzgarme como si lo hicieran. Ya había soportado el escrutinio, la lástima y el enojo de la gente por demasiado tiempo.

El Instituto Agustine era un lugar tan pequeño que todos los estudiantes se conocían, al menos por sus nombres, así que supongo que a pesar de mi falta de sociabilidad, me ayudó el hecho de que mi hermano estaba en último año; y con su personalidad vivaz, hacía que todo quien lo conocía, cayera rendido a sus pies. Así que más allá de mi a veces extrema timidez, todos habían empezado a identificarme como la hermana menor de Thomas Miller, quien en su primer pre-entrenamiento de soccer, había convencido al capitán saliente de que él con su experiencia y destreza, era el más indicado para ser su sucesor, por lo que se había convertido en el nuevo capitán del equipo.

Ese primer día de clases se sentaron a mi lado en la clase de biología dos chicas hermosas; Harper y Alison. Ambas parecían modelos sacadas del último desfile de Victoria's Secret. Medían poco más de un metro setenta y tenían un bronceado perfecto. Harper tenía una larga cabellera en tono negro azabache y completamente lacia, con enormes ojos grises y nariz respingada, mientras que Alison tenía un perfecto cabello rubio oscuro ondulado y ojos azules almendrados.

Hola, eres Samantha, verdad ─ preguntó Harper.

Sí, esa soy yo, pero puedes llamarme Sam.


Bien Sam. Mucho gusto. Yo soy Harper y ella es mi amiga Alison.

Un placer conocerlas ­─ susurré.


Me contaron que eres hermana de Thomas Miller. ¿Es eso cierto? ─ inquirió la rubia.


Sí, Tommy es mi hermano mayor.


Ambas se mostraron genuinamente interesadas en Tommy.

Y entonces, ¿es cierto que tu hermano está soltero? ­─ preguntó Alison con curiosidad.


Sí, supongo. Él no está especialmente interesado en una relación seria por el momento. Al menos es lo que dice cuando mis padres le preguntan ─ Contesté con voz apagada.

No entendía por qué chicos y chicas siempre se acercaban a mí para hablarme de Tommy, y no porque quisieran relacionarse conmigo. Sin embargo, ese día, las chicas fueron increíblemente amables durante toda la mañana y me invitaron a seguir sentándome con ellas en el comedor escolar para compartir el almuerzo, y así, sin más, tenía la posibilidad de tener un nuevo grupo de amigas.

A pesar de que no se me daba mucho eso de confiar en desconocidos, en el fondo de mi corazón, sentía como si Meghan estuviera a mi lado, alentándome a retomar mi vida y ese único pensamiento, me brindó la fortaleza necesaria, para aceptarles la invitación.  

HERMOSA IMPERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora