UNA MALA NOTICIA

71 22 0
                                    

Era sábado muy temprano. Tommy había llegado a casa desde la noche anterior, así que nos habíamos acostado tarde viendo películas de miedo. Mi hermano era la única persona con la que me atrevía a ver ese tipo de películas, ya que siempre lo convencía para se quedara a mi lado hasta que lograra dormirme.

A pesar de que Tommy y yo peleábamos todo el tiempo, por cosas insignificantes en su mayoría, nos queríamos muchísimo y realmente extrañaba tenerlo cerca todos los días.

Yo estaba tonteando en mi cama cuando el teléfono sonó y mi madre se apresuró a contestar. Por un momento me pregunté, quién podía ser tan inconsciente como para llamar a una casa a esas horas, pero luego escuché a mi madre llorar desesperadamente, así que salí a toda prisa de mi habitación y la puerta de Tommy también se abrió. - Qué pasa? - preguntó Tommy preocupado. -Tu tía Margaret tuvo un accidente de tránsito esta madrugada- Dijo mamá llorando.

-Y como está? - preguntó papá, quien había llegado al lado de mi madre, hace tan solo unos segundos.
-Dicen- se quedó en silencio por un momento, con lágrimas en los ojos como intentando entender lo que pasaba - Dicen que los médicos trataron de hacer todo lo que pudieron, pero ella murió camino al Hospital-

Sentí de pronto como si miles de agujas atravesaran cada centímetro mi cuerpo y tuve que sentarme en el suelo durante un rato, para no desvanecerme. No podía parar de llorar. Todos en casa sabían que yo estaba muy lejos de ser una persona resiliente, por lo que Tommy se acercó a consolarme. Pero sé que en ese instante ninguno podía procesar que esto estuviera ocurriendo de nuevo. No a nosotros.

Solo habían pasado dos años desde que había perdido a Meghan, y ahora mi familia tenía que enfrentar otra tragedia. No podía imaginarme cómo se puede vivir afrontando tantas pérdidas. Cuando Meghan partió, todos insistían en que la vida sigue, y es cierto, lo hace, pero con cada persona que se va de tu vida, también pierdes de alguna forma, una parte de tu esencia.

-Alisten ropa- ordenó papá -tenemos que viajar a San Diego de inmediato-.

Al oír esas palabras, salí de mi ensimismamiento y a pesar de que estaba aturdida, saqué una maleta de mi armario y guardé en ella algunos vestidos negros y neceseres básicos. No podía creer que la tía Maggie ya no estuviera con nosotros.

Lloré durante todo el viaje hasta San Diego, aferrada al pecho de Tommy.

HERMOSA IMPERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora