NOAH

66 24 1
                                    

La mañana siguiente cuando desperté, Noah y yo estábamos aún acurrucados en el sillón. Él tenía sus brazos a mi alrededor. Se sentía como estar en casa, no podía describirlo de otra manera. Se sentía como si ese fuera mi lugar en el mundo, como si él fuera mi hogar y de pronto todo estaba claro para mí.

Él aún dormía, así que lo admiré durante un rato. Nunca había notado que sus cejas eran grandes y tupidas, que tenía pecas casi imperceptibles por todo su rostro y que sus pestañas eran enormes. Luego observé sus labios. Tenían la forma perfecta que debían tener todos los labios, eran los labios más sexys que había visto en toda mi vida; y por unos segundos desee al menos poder tocarlos, pero sabía que no podía hacerlo.

Para evitar caer en la tentación, me levanté e hice el desayuno. Preparé panqueques con dulce de leche artesanal y fresas. Eran mi especialidad. Así que puse la mesa y esperé a que Noah despertara. Viendo a este chico dormir me percaté de que nunca antes había dormido con un chico. Ni siquiera con Paul.

Noah despertó y cuando vio mis panqueques en la mesa dijo - Guau. Es el mejor desayuno que me han preparado en mi vida-.
-Esto es lo menos que puedo hacer por ti. Debes tener el cuerpo entumecido de dormir en ese sillón toda la noche- sonreí tímidamente.
-No te preocupes por mí. Dormí como un bebé - aseguró. Encogí mis hombros. Esperaba que lo dijera en serio, porque sabía que el sillón no era para nada cómodo. Sin embargo, a su lado, yo habría podido dormir en él por el resto de mi vida.

Cuando terminamos de comer, levanté la mesa y puse los platos en el lavavajillas. Una vez que se apagó, Noah se acercó rápidamente con un paño a secar los platos. Detrás de él grité - Deja eso, yo lo hago. Tú eres el invitado- y sonrió. - Yo quiero hacerlo- dijo con voz divertida - pero si de verdad quieres hacerlo tú, deberás quitarme el paño-. Me acequé y traté de quitárselo con todas mis fuerzas, pero él me sobrepasaba por casi 30 centímetros. Así que cuando estaba de espaldas a mí viendo hacia el fregadero, empecé a hacerle cosquillas. - Para ya o te vas a arrepentir- Me advirtió sin parar de reír. Pero no quería detenerme. Logró voltearse y me alzó como a un pequeño muñeco de trapo y me sentó en la isla de la cocina. - Te lo buscaste- dijo. Y comenzó a hacerme cosquillas sin parar. Ninguno podía dejar de reír. Cuando ambos nos sentimos realmente exhaustos, se detuvo.

Acosté la mitad de mi cuerpo en la isla, mientras mis pies colgaban en el aire alrededor de su cuerpo. Me tomó de los brazos para ayudarme a sentarme. Nos miramos fijamente. Sus ojos brillaban y yo empecé a temblar. Mi mente se puso en blanco.

Noah me tomó con más fuerza y acercó mi cuerpo hacia él. Quitó sus manos de mi cuerpo, pero aún podía sentirlas. Tomó mis mejillas con sus manos y lentamente acercó su boca hacia la mía. Puso sus suaves labios sobre mis labios y empezó a masajear su lengua con la mía circularmente. Sentía el fuego recorrer por todo mi cuerpo. Nunca había deseado algo tan intensamente en toda mi vida. Pero en ese momento, me inundó una imagen en la cabeza... Yo no había terminado mi relación con Paul.

Me alejé de su boca de un salto y él me miró estupefacto. - Qué pasa?- gimió.

-Sabes que tengo novio. Verdad?. Esto no está bien- dije, pero mi voz sonaba cortada - No puedo hacerlo, al menos no así.- Noah hizo un gesto de desilusión. 

Yo sabía que no era correcto. Ya no sentía nada por Paul, eso era claro. No tenía duda de que estaba enamorada perdidamente de Noah, pero nuestra relación no podía empezar en medio de un engaño.

Unos segundos después, Noah seguía sin hablarme. Estaba parado frente a mí, mirándome estupefacto. Sabía que estaba decepcionado, podía verlo en sus ojos.

Estaba a punto de explicarle mis motivos cuando sonó el timbre. Noah volvió en sí, se apresuró y abrió la puerta.

Era Tommy con una sonrisa amplia en su rostro - Hola amigo, qué haces aquí? - inquirió mi hermano chocando su mano. -Pues. Mi mamá me pidió que cuidara a tu hermana así que vine por un rato. Pero ya que estás aquí supongo que mi labor está cumplida, así que me voy. - Dijo Noah con voz apagada. Y se fue sin despedirse de mí.
-Pasó algo entre ustedes? - preguntó Tommy extrañado por la actitud del chico que acababa de salir despavorido por nuestra puerta. Negué con mi cabeza. Si intentaba hablar, sabía que empezaría a llorar.

Esa noche, más tarde y tras conversar un largo rato con mi hermano, subí a mi habitación y me senté en la cama. Qué diablos estaba pasando con mi vida? Acababa de rechazar al chico más increíble del mundo, por serle fiel a alguien que ni siquiera se había dignado a enviarme un mensaje de pésame. Era que acaso me estaba volviendo loca. Pero, después de un largo rato de pensar en lo sucedido, me di cuenta que no lo hacía por Paúl, lo hacía por mi. Porque no quería ser esa clase de chica y porque realmente me gustaba Noah y quería ser libre para amarlo como merecía.

HERMOSA IMPERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora