MIRADAS

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Cuando llegamos a la Escuela había olvidado por completo la fiesta del viernes. Nuestra cita del domingo había cambiado por completo las cosas y la pelea parecía tan solo un recuerdo lejano.

Era el recreo antes del cuarto período, por lo que todos los estudiantes de la preparatoria se encontraban abarrotando los pasillos. Cuando ingresamos por la puerta principal, sentí de inmediato las miradas de todos y cada uno de los chicos sobre mí y observé como cuchicheaban entre sí.

Sin mirar a Noah, tomé su mano y entrelacé sus dedos con los míos. De reojo vi que me observaba atentamente, pero yo seguí mirando hacia el frente. Sabía que teníamos un trato. Sabía que no íbamos a hacer oficial lo nuestro en la Escuela, pero en ese momento necesitaba sentir la seguridad de que estaba a mi lado. Para mí ya nada importaba. Paul sabía que estábamos juntos y si quería hacernos daño de alguna manera, encontraría la forma de intentarlo, pero estaba segura de que nuestro amor era más fuerte. Nuestro amor podría sobrepasar cualquier obstáculo, no lo dudaba ni por un segundo y la mano de Noah sobre la mía, respaldaba esa afirmación.

Cuando llegamos a mi casillero, susurró - Estás bien? -
-Sí, lo estoy. Solo que sé que esto va a ser complicado unos cuantos días para nosotros. Por lo visto todos saben lo que pasó.- Él asintió y agregué -Perdona. Sé que esto te perjudicará con tus compañeros de equipo. Me moriría si alguien te maltrata-

Tiernamente besó mi frente y susurró en mi oído - No te preocupes nena, voy a estar bien. Me acabas de hacer muy feliz. Ningún otro chico de esta Escuela puede presumir que está saliendo con la chica más hermosa- y me guiñóel ojo.

-Tienes razón. El lado positivo de todo esto es que al fin podemos gritarle al mundo que estamos juntos-. Dije y lo besé apasionadamente en medio del tumultuoso pasillo. A nuestro alrededor hubo un silencio sepulcral. Sabía que seríamos la comidilla del Instituto Agustine por algunos días, pero al fin y al cabo valía la pena.

Cuando llegué a mi clase, las chicas me estaban esperando ansiosas para escuchar sobre mi fin de semana. Así que tuvimos una larga conversación sobre todo lo que había pasado y sobre lo que podría pasar en las próximas semanas como consecuencia de la fiesta. Sin embargo, me sentía aliviada porque sabía que tanto Noah, como las chicas apoyarían cada uno de mis pasos. Sabía que nunca más tendría que sentirme sola.

HERMOSA IMPERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora