PAUL MCKAY

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Por insistencia de mis nuevas amigas, empecé a quedarme casi todas las tardes en la cancha de soccer de la escuela, para ver los entrenamientos de "Los Leones", nombre con el que se hacía llamar el equipo. Pero mientras las chicas se divertían alentando a Tommy y al resto de los chicos, yo ocupaba ese tiempo encargándome de mi lectura y mis tareas escolares.

Durante la segunda semana de clases, las chicas me preguntaron un día, despertándome de mi letargo ─ Sam, ¿podrías decirnos cuál de los chicos del equipo te parece más atractivo?

En realidad, nunca lo había pensado, es más, hasta ese día nunca les había prestado ningún tipo de atención. Los chicos no solían prestarme atención a mí, así que con el tiempo había aprendido a meterme en mis propios asuntos.

Sin embargo, ese día, ante su pregunta y para no parecer descortés, los observé detenidamente durante algunos minutos y aunque todos tenían sus cuerpos moldeados como modelos de la última colección de ropa interior de Calvin Klein, ahí estaba él. Era sin lugar a dudas el chico más atractivo que había visto en toda mi vida, era sencillamente y absolutamente perfecto. Tanto que me hizo perder el aliento. Medía más de metro ochenta, con su tez extremadamente pálida, las líneas de su rostro perfectamente definidas, cabello negro intenso, con un mechón lacio que caía por encima de su ojo derecho y con el cual nunca paraba de jugar. Sus ojos eran de un indescriptible color miel verduzco, sus labios carnosos color cereza, una dentadura impecable y un cuerpo esculpido. El protagonista perfecto para una novela de Jane Austen.

Mmm. Supongo que el número 9 no está tan mal ─ dije sonando despreocupada y tratando de que no notaran como mi cara se sonrojaba al mirar a ese adonis.

Su nombre es Paul Mckay ─ dijo Harper con voz divertida.

Y tienes razón, es realmente un bombón ─ agregó, y ambas se echaron a reír.

El único problema con este chico es que es perfectamente consciente de su atractivo físico y puede llegar a ser un poco petulante. Más de lo que, al menos yo, estaría dispuesta a tolerar ─ admitió Alison.

Sí, pero eso no le quita lo bueno que está ─ replicó Harper encogiéndose de hombros.

Tan solo miren como se le marcan cada uno de sus músculos bajo esa camiseta ─ continuó, mientras hacía ademanes de gatita sexy y Alison y yo reíamos a carcajadas.

Después de ese momento no podía quitarme de la mente su imagen. Incluso en ocasiones, cuando me encontraba sola en mi habitación haciendo mis deberes, escribía su nombre en alguna esquina de mis apuntes. Por primera vez en mi vida, podía asegurar que estaba un poco obsesionada con un chico, y eso era algo totalmente nuevo para mí.

Poco a poco, averigüé algunos datos interesantes sobre él y descubrí que era el chico más popular de mi generación, que era uno de los delanteros estrella del equipo de soccer y que más allá de su evidente atractivo físico, lo que más impactaba a todas y cada una de las chicas de mi escuela era su aire de arrogancia y su seguridad.

Además, se rumoreaba por los pasillos, que nunca había tenido una novia oficial, que nunca ninguna chica lo había conquistado de esa manera y me moría de curiosidad el saber por qué.

Durante semanas no pude evitar observarlo mientras caminaba por los pasillos, almorzando con sus amigos o en sus entrenamientos con el equipo. Había algo en él que me impactaba.

HERMOSA IMPERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora