ESA SONRISA

88 27 0
                                    

Más tarde ese día mamá gritó - Chicos bajen un momento- Así que Tommy y yo bajamos a la cocina con cara de resignación. La conocíamos bien y era claro que ese tono de voz no llevaría a nada bueno.

Mamá nos miró y con tono de advertencia dijo - Por favor quiten esa cara. Es importante llevarse bien con los vecinos. Así que quiero que tomen el pastel de chocolate que preparé y nos acompañen a darles la bienvenida al vecindario- Tommy burlándose de la situación se acercó a mi rostro, puso sus dedos en la comisura de mis labios y me formó una sonrisa, hizo lo mismo con los suyos; y le dijo a mamá - Ahora sí estamos listos- y yo agregué - igual que la Tribu Brady- poniendo mis ojos en blanco. Tommy y yo reímos con tono de complicidad, hasta que mamá con tono severo me dijo -Samantha Miller por favor ve a tu habitación y ponte un atuendo decente-. Odiaba que se me metiera con mi forma de vestir, pero para evitar discusiones me puse un short caqui, una camisa de tirantes blanca y mis tennis vans favoritas.  

Cinco minutos después estábamos tocando su puerta. Pasaron algunos segundos y entonces su puerta se abrió. Ahí estaba él. No era precisamente el chico más atractivo que había visto, se veía completamente normal, pero había un no sé qué en su mirada, que me dejó sin aliento.

Sonrió y luego me miró fijamente por un par de segundos, que para mi fueron una eternidad.

-Hola. Somos la familia Miller y queremos darles la bienvenida al vecindario- dijo mi madre amablemente.

Él no contestó. Sólo sonrió nerviosamente y me miró de nuevo, pero esta vez fijamente. Atrás apareció su madre - Hola. Buenas noches. Yo soy Pamela Reed, es un placer conocerlos. -
-Hola Pamela, yo soy Katherine, mi esposo Trevor y mis hijos Thomas y Samantha- contestó mi madre.
- Mucho gusto a todos. Este es mi hijo Noah, disculpen que a veces sea un poco tímido. Mi esposo Andrew está en el garaje acomodando algunas cajas. - aclaró Pamela.
-Solo queríamos traer este pequeño agasajo de bienvenida, pero no queremos molestarlos más- Dijo papá apenado. Todos en casa sabíamos que papá no era muy adepto a las visitas sociales, pero eso era algo que a mamá le importaba muy poco.
-No se preocupen- contestó Pamela - De hecho- pensó algunos segundos lo que diría a continuación - Noah y yo tenemos una consulta para tus hijos, sino es mucha molestia-. Abrió más su puerta y nos invitó a pasar. Mi madre amablemente agradeció la invitación y en pocos minutos ya todos nos encontrábamos instalados en su sala de estar, que aún se encontraba llena de cajas para desempacar.

La señora Reed se disculpó por el desorden y comentó - Bueno. Lo que sucede es que Noah mañana ingresa al último año en el Instituto Agustine - mi corazón se detuvo durante una fracción de segundo - y quiere unirse al equipo de soccer. Así que la señora Darcy nos recomendó que habláramos con tus hijos para ver qué tal es la escuela y cómo es el equipo de soccer-

Mi mente estaba en blanco cuando Tommy empezó a contarles orgullosamente sobre sus hazañas en el soccer y de cómo nuestro equipo todos los años ganaba el campeonato estatal. De pronto, mientras Tommy contaba una de sus anécdotas en los vestidores, Noah se rió con fuerza, y sentí un calor recorrer por todo mi cuerpo. Creo que en ese momento quedé en estado de shock.

Nunca en toda mi vida había visto una risa tan hermosa, sus perfectos dientes blancos, las deliciosas comisuras en sus mejillas y sus bellos ojos marrones entrecerrados. Me recordaba la sonrisa de un niño, tan segura y tan auténtica, que no podías hacer otra cosa más que enamorarte de ella. Me sentí completamente indefensa ante él.

Esa noche me fue casi imposible dormir, y no por pensar en Paul o en la escuela, sino al recordar esa sonrisa.

HERMOSA IMPERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora