LA LLAMADA

33 4 1
                                    

Emma

Sam se había marchado hacía unos quince minutos y estaba histérica. Nunca la había visto tan molesta y no entendía qué diablos había pasado.

Noah tampoco quería decirnos nada, así que decidí que en lugar de seguir interrogando a mi amigo, trataría de localizar a la chica.

Tomé mi teléfono del bolso y empecé a llamarla insistentemente, mientras los chicos a mi alrededor intentaban lo mismo. Sin embargo, ninguno obtenía resultados positivos.

Tras un rato sin saber nada de mi prima y ya desesperada le dije a Todd - Si le pasa algo me volveré loca. Debo de avisar a mis tíos para que estén al tanto de lo que ha ocurrido -

Entonces llamé a la casa. Mi tía contestó tranquilamente mientras tarareaba alguna canción que desconocía. A pesar de que intentaba sonar despreocupada, cuando mi tía preguntó que qué era lo que pasaba empecé a llorar desconsolada.

Yo no era el tipo de chica a la que le gustaba demostrar sus sentimientos. Aún con la muerte de mi madre había decidido que no lloraría. Nadie además de nosotros mismos, tenía por qué conocer nuestras penas más profundas, o al menos así lo veía yo.

Pero ahora, en este momento, no podía evitarlo. Sam se había convertido en mi cable a tierra durante los últimos meses y a pesar de que habían heridas abiertas entre nosotras que aún no habían logrado cicatrizar, mi prima era prácticamente todo lo que tenía.

Tía Katty preocupada me recomendó que lo mejor que podíamos hacer era esperarla en casa juntas. - Titi debe sentirse agobiada y probablemente necesitaba un tiempo para pensar. No te preocupes por ella. Ven aquí, cariño. Te aseguro que tu prima llegará a casa muy pronto y nos necesitará. -

Tras esas palabras de aliento de despedí y al cabo de quince minutos ya estaba en casa con la tía, esperando impaciente la llegada de Sam.

Seguía sin entender lo que había pasado. El plan trazado por Alison y Harper era infalible. Lo único que debía hacer Sam era esperar a Noah fuera de los vestidores y hablar con él. ¿Qué carajos podía haber salido mal?

En mi estado actual de ansiedad, mi cabeza trabajaba a mil por hora. Así que decidí que tenía dos opciones. La primera, esperar a que mi prima me contara lo ocurrido. La segunda, llamar furiosa a Noah y obligarlo a confesar.

Yo, que nunca me había caracterizado por ser una chica conciliadora, elegí la segunda opción.

El teléfono repicó varias veces, hasta que alguien contestó al otro lado de la línea - Hola - sonó la voz ronca de Noah. Aunque habíamos hablado miles de veces por teléfono y reconocía claramente su voz, esta vez sonaba diferente, como si estuviera, no lo sé, llorando tal vez.

Esa imagen de él solo me causó más rabia - Vas a decirme ahora mismo qué diablos le hiciste a mi prima, a menos que quieras que vaya hacia donde sea que estés y te arranque la puta cabeza -

Noah, claramente sorprendido por mi humor, empezó a decir - Emmy, ya sé que estás preocupada y yo también lo estoy. No creas que no estoy aquí volviéndome loco. Pero creo que los problemas entre Sam y yo debemos... - lo interrumpí en seco.

- Mira Noah, somos amigos y todo eso. Pero por favor a mí no me trates como a una idiota. Necesito saber qué fue exactamente lo que pasó para saber qué tan grave es y a qué debemos atenernos - demandé de forma implacable.

-Está bien, te lo diré. Pero no me juzgues sin haberlo escuchado todo ¿vale? - dijo esperando mi respuesta.

- Solo habla, carajo. No ves que no tengo tiempo para esto - respondí aún molesta.

-Está bien - dijo derrotado. Transcurrieron unos largos segundos de silencio y luego con la voz cortada dijo - Iba saliendo del vestuario y Brooke me estaba esperando para felicitarme por mi buen rendimiento en el juego de hoy. Te juro que solo estábamos hablando como amigos, pero de pronto... No sé, me besó. Y después solo escuché un ruido entre los árboles y Sam salió corriendo sin siquiera mirarme. Intenté seguirla, pero ya sabes lo que pasó después. -

-Carajo - exclamé preocupada. La situación era peor de lo que había imaginado.

- Ya lo sé. Ni siquiera necesitas decirme nada. Me siento como una mierda. Y he recorrido todas las malditas calles de Agustine y no logro dar con ella -

- Tienes que tranquilizarte, Noah. Eres un idiota y eso no te lo voy a negar. En primer lugar, sino fueras tan cabeza dura esto nunca hubiera ocurrido. Pero no podemos cambiar el pasado, así que lo mejor es que vengas hasta acá y esperemos noticias juntos. No es muy buena idea que conduzcas tan alterado-

Mi amigo asintió y se despidió. Tras algunos minutos su auto se estacionó frente a nuestra puerta.

No había podido evitar molestarme con él al principio, pero lo conocía lo suficientemente bien como para estar segura de que nunca haría nada a propósito para lastimar a Sam, aunque eso no le quitara que fuera un tarado.

Sinceramente nunca había entendido por qué diablos los chicos hacían cosas como ser extremadamente simpáticos con cuanta chica sonriente se les pasara por delante y siempre respondieran con un "no sabía cómo alejarme sin ser maleducado" y en cambio para las chicas nos era tan sencillo decir "no" cuando no estábamos interesadas. Seguramente ese es uno de los misterios mejor guardados del universo.

Esperamos un largo rato a que Sammy se apareciera en la puerta o nos llamara, hasta que al fin el teléfono sonó. -Yo contesto - habló con una expresión casi inaudible mi tío.

- Hola. ¿Niña? - dijo esperanzado.

Pero luego su cara pasó de expectación a miedo - Soy su padre - alegó. Luego solo escuchó lo que la voz al teléfono tenía para decirle y conforme cada segundo de la conversación transcurría podía percibir que algo muy malo había ocurrido, tan malo que los labios de mi tío empezaron a temblar descontroladamente y su tez se convirtió en un blanco tiza. Había visto muchas veces ese tipo de reacción, este hombre estaba a punto de desmayarse y nadie entendía bien el por qué. Cuando colgó, se sentó en el sillón viendo hacia el vacío sin decir una sola palabra. Hasta que la tía Katty se levantó desesperada y tomó a su esposo del cuello de la camisa y empezó a gritar guturalmente y a sacudirlo - ¿Qué le ha pasado a mí bebé? Dime por favor donde está -.

Tío Trevor, volviendo de repente en sí con la voz más desgarradora que he escuchado jamás pronunció las palabras que nadie estaba preparado para escuchar - Sammy tuvo un accidente muy grave y tiene una hemorragia cerebral que la dejó en coma. Necesitan que vayamos hasta el Hospital Fremont lo antes posible. -

Ante esas palabras, todos los presentes nos paralizamos ante el dolor punzante en el pecho y como en cámara lenta yo comencé a llorar inconsolablemente. No podía perderla, a ella no.

Descontrolada y ahogada en llanto, salí a tomar aire y cuando vi el negro cielo infinito comencé a gritar inarticuladamente - Nooo Nooo. No puedes llevártela. Ella es lo único que tengo. Llévame a mí, a ella no. Por favor no. -. Mi voz sonaba más como un aullido, pero no me importaba, ya nada importaba. La única cosa que podía sentir en el maldito mundo, era este dolor.

HERMOSA IMPERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora