La Reencarnación de Pandora (Serie Veneno sobre ruedas II)

*Desahogo

Pov Pandora:

En cuanto pongo un pie en el salón nuevamente, automáticamente se hace el silencio absoluto. Cinco pares de ojos me observan expectantes, a la espera paciente de que me acerque y responda sus preguntas. Bajo su atenta mirada, camino sin amedrentarme ni nada, hasta al lado de mi "cuñado" (ya que es el hermano de Beast y él está con la hermana del que yo todavía considero mi hombre, y que conste que Flor era la que me decía a mí así en su momento), acomodándome en el almohadón del sillón junto a él. Nadie emite ni un sonido siquiera, como si esperaran que fuera yo quien empezara con mi relato, sin embargo, es muy largo de explicar, por lo que decido hacer un resumen.

- Como veo que no tienen intención de iniciar ustedes y, francamente, recordar lo que pasó no me gusta y es largo y tedioso, les haré un resumen.

Los cinco asiente aún en silencio y suspiro en tanto pienso en la mejor forma de iniciar o desde qué punto hacerlo.

- Para que entiendan mejor, les voy a explicar desde la noche en que todo pasó. Cundo el fuego inició y ocurrió lo de Black, que seguramente ustedes ya lo saben porque se los debe haber explicado Líon, logré sacarlo a él del edificio en llamas, pero yo quedé atrapada en la explosión que nos separó.

Nuevamente asienten y se acomodan más hacia adelante, como si no quisieran perderse nada, como si acercándose pudieran escuchar o imaginarse mejor las cosas que les voy narrando.

- Me faltaba el aire, el humo empezó a espesare cada vez más y a impedirme respirar. No podía hacer cuerpo al piso para poder respirar un poco mejor, ya que le humo siempre va hacia arriba, porque el piso era un completo desastre de brazas ardiendo, agujeros, flamas, etc., era obvio que sería extremadamente doloroso, ya de por sí lo era solo en los pies, imagínense en todo el cuerpo. En fin, entonces me acordé de la puerta trasera del garaje y traté de llegar hasta ella, no obstante, no lo conseguí porque hubo una nueva explosión y una viga me cayó encima.

Las caras de todos muestran un sinfín de emociones, que van desde el dolor y la agonía indirecta ante la imagen que describo, hasta le tristeza más que profunda al imaginarse mi desesperación ante lo ocurrido en ese momento.

- Creí que sería mi fin, no podía levantar la viga de mi cuerpo, era uy pesada y yo no tenía fuerzas por la falta de oxígeno, todo me dolía y el calor y el humo me estaban ahogando. Caí inconsciente creyendo que no volvería a abrir los ojos nunca más, despidiéndome de todo el mundo de forma mental al tiempo en que la oscuridad se apoderaba de mí. No obstante, antes de desmayarme, creí escuchar gritos y ver sombras que ingresaban por la puerta por la que yo planeaba salir. De ahí no supe nada más, hasta que me desperté en una habitación blanca de hospital sin entender nada. Me sorprendió no estar muerta, fue un shock, y no conseguía comprender lo que estaba pasando. Poco después entraron a la pieza dos hombres: uno era un doctor, el otro era un tipo enorme y llevaba ropa de motociclista con un chaleco que decía "Vicepresidente".

- Un momento, ¿vicepresidente? ¿Cómo que Vicepresidente? ¿Acaso era...?

- Sí, era el vice de un club de motociclistas, de los Diablos Negros para ser más específica, el club de mi abuelo.

- ¡¿QUÉ?!

- ¿Pueden no gritar? Estoy a menos de un metro de ustedes cinco.

- Perdón, es que nos tomó por sorpresa.

- Si a ustedes los sorprendió así, imagínense a mí. La cosa es que me explicó que ellos me sacaron del edificio y plantaron un cuerpo falso para que me creyeran muerta.

- ¿Por qué?

- Porque me querían dar tiempo para sanar y poder vengarme, porque sabían que había y habría un infeliz buscándome y quisieron que pudiera enfrentarme y devolverle todo lo que hizo estando en plena forma, no herida y en mal estado.