*Conociéndonos en persona

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Pov Líon:



Son las tres de la tarde y ya casi todos estamos acá: Night, Hades, Thunderbolt y Crash, todos con sus respectivos Vices y Blood acompañándome a mí, tal y como acordamos hace unas horas. Solo falta una persona, y estoy seguro de que va a dejar a todos shockeados cuando aparezca.

- ¿Por qué no empezamos todavía?

- Porque falta alguien.

- Pero si estamos todos.

- No, aún no llega nuestro aliado más reciente.

- ¿Quién?

- Fénix, presidente de los Diablos Negros.

Esas simples palabras dejan a todos sin habla; sé que no lo esperaban, así que su reacción no me sorprende en absoluto, y peor van a quedar cuando la vean a ella, ahí sí que va a quedarse como idiotas con el cerebro desconectado. Nadie nunca se la espera, como tampoco lo hacían en su momento cuando aún usaba su nombre real. Quiero reírme, las escenas que se forman en mi cabeza sobre los posibles escenarios que podría desatar el momento de la aparición de mi nena, me producen una comicidad difícil de ocultar, pero antes de que algún sonido escape de mí, un par de sonidos de motores potentes se escuchan acercándose y me confirman que ya es tiempo, que llegó el momento de sacar un poco el velo de ocultismo que ha estado usando Serena con todo el mundo.

Pasos pesados son lo siguiente que suena a penas los motores son silenciados, augurando lo que se viene; la puerta se abre con brusquedad y quien aparece por ella no es otro que Franki. Previendo lo que va a pasar, permanezco en silencio en mi lugar y me dedico a contemplar el desarrollo de la escena que se está dando frente a mí.

La mirada del rubio recorre rápidamente el entorno y clava sus iris en mi persona, al tiempo en que los demás se ponen en pie de un salto y comienzan a acercarse a él, recriminando por la tardanza que tuvieron que aguantar y el tiempo perdido por eso mismo. Mas, contrario a lo que esperan, él alza la mano y los frena.

-Entiendo su molestia, sin embargo, había algo que solucionar en nuestra propia casa antes de venir. No obstante, no es a mí a quien deberían dirigirse en este momento con sus reclamos.

- ¿A no? ¿Y a quién entonces?

- A mí.

Su voz me hace sonreír y el Vice se hace a un lado, dejando ver a una Serena con mala cara, guardando su teléfono en el bolsillo trasero del pantalón de cuero que trae puesto mientras entra mirando desafiante a todos los presentes, incitándolos a que osen decir algo sobre el tema, si realmente tiene los huevos para hacerlo y enfrentarse a ella.

Con eso solo es suficiente para acallarlos, ninguno emite siquiera un sonido, ni un susurro, nada y en su lugar, optan por correrse hacia los costados a medida que ella avanza hacia el interior de la estancia. En cuanto llega a mi lado, una sonrisa ladeada aparece en sus labios y se gira para volver a encarar a los demás.

- Lamento la tardanza, ya después explicaré mis motivos, todavía no es momento; por ahora me limito a presentarme: mi nombre es Pandora, pero para quienes no me conocen en persona, lo hacen como Fénix, es mi nombre de carretera. Soy la presidente de los Diablos Negros y él es mi Vice, Franki. No hace falta que me digas los suyos, ya los conozco, sé quién es cada uno de ustedes, así que mejor empecemos con lo que nos compete, la razón por la cual estamos acá.

Hay tanto silencio en la estancia, que se podría escuchar con facilidad el sonido de un alfiler cayendo al piso; los ocho hermanos frente a nosotros siguen en shock y yo ya no puedo contenerme, por lo que estallo a carcajada limpia sin ningún tipo de pena. Eso parece hacerlos reaccionar y enseguida tengo ocho pares de ojos mirándome mal al tiempo que los dueños de los mismos se acercan nuevamente a la mesa, ocupando cada uno su respectivo puesto asignado. Mi nena se sienta junto a mí, del otro lado que no ocupa Blood y Franki al lado de ella.

La Reencarnación de Pandora (Serie Veneno sobre ruedas II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora