Pov Pandora:
-Bueno, ya está listo. Parecía más grave de lo que era. No quiero que te saques hasta mañana la gasa y durante estos dos días que vienen, no mojes los puntos. ¿Tengo que explicar todos los cuidados?
-No, gracias, he tenido suficientes lesiones que requirieron puntos como para saber cómo encargarme de ésta.
-Excelente, entonces, seguiré con los cuidados de los demás. Esto era rápido, debiste dejar que te lo curara hace rato.
-Rob, hay muchos de los chicos que están peor, que necesitan más muchas más atenciones y cuidados que yo. Vos mismo lo dijiste, no era grave.
-Eres un asco de paciente, ¿te lo había dicho?
-Lo tomaré como un cumplido, muchas gracias, por el momento, me voy a ver cómo están los demás a los que ya atendiste, sobre todo a Lucio.
-Tuvo mucha suerte de que la bala le se le alojara en la clavícula luego de quebrársela y no avanzara más; si es religioso, entonces que le agradezca a su ángel por salvarle el culo.
-Se lo diré, por ahora, voy a ver cómo está, le debo un nombramiento por lo que a mí respecta.
Con una sonrisa ladeada, me levanto de la mesa donde Webber estuvo curándome, me pongo nuevamente el chaleco y salgo del consultorio hacia el pasillo. En él, el movimiento está bastante agitado, hay muchísimos hermanos con gasas, vendas y hasta yesos, dando vueltas por el lugar junto con enfermeros y médicos, entrando y saliendo de las múltiples puertas a todo lo largo del aséptico espacio alargado. Como no veo a Franki o a alguno de los demás presidentes o vises cerca, simplemente enfilo a la habitación trescientos cuatro y toco dos veces antes de abrir la puerta.
En cuanto la madera desaparece de mi campo de visión, me encuentro con un par de ojos verdes que, al verme, casi parecen sonreír. (Multimedia)
-Es extraño verte completamente limpio.
-Sí, ya lo sé. Me siento desnudo, casi como si me faltara una capa de piel quizás.
-No exageres, pronto estarás cubierto de grasa otra vez, en cuanto ese hueso sane por completo.
Con una sonrisa tranquila, me acerco a la cama donde está Lucio, alias Spots por su normalidad de siempre estar manchado de grasa y demás fluidos de motor, todo por su trabajo como mecánico y me siento junto a él, pasando mis ojos una y otra vez por los vendajes que ahora cubren la parte superior de su torso. Este chico podría armar un motor completo con los ojos vendados si lo quisiera, de lo bien que los conoce.
-Te debo una.
-Jefa no es...
-No digas eso, ya volví dos veces de la muerte casi y dicen que la tercera es la vencida, me salvaste de un encontronazo con la parca que pudo ser definitivo. Si no te hubieras interpuesto, la bala podría haberme dado en el pecho y podría haber sido mi fin. Ya sufrí un tiro en él hace un tiempo y creeme que no fue agradable en absoluto.
AL decir esto, corro a un lado el bretel grueso de mi remera y muestro la cicatriz que, aunque apenas visible, ahí está. Sus ojos se agrandan al ver la marca blanquecina y me observa con asombro y hasta curiosidad, lo que deja claro que quiere saber qué pasó.
-Es una historia larga, quizás te la cuente en otro momento. Por el momento, procupate por mejorar, necesito a mi mejor mecánico devuelta en el taller.
-Por supuesto, nada mejor que trabajar con las manos.
-Estoy de acuerdo y, antes de irme, tengo una noticia más para vos.

ESTÁS LEYENDO
La Reencarnación de Pandora (Serie Veneno sobre ruedas II)
RomanceCuenta el mito griego, que Pandora fue quien liberó todo el mal que había dentro de una pequeña cajita, dejando caer sobre la humanidad plagas, dolor, sufrimiento, muerte... Ahora, la historia vuelve a repetirse, pero ésta vez, el "mal" no va a sali...