La Reencarnación de Pandora (Serie Veneno sobre ruedas II)

Que arda el infierno (Parte 4)

Pov Líon:

Tengo los nervios de punta, tan tenso que podría ponerme a aporrear clavos a puño limpio y quedarían hechos puré. Mientras que mi nena se está poniendo en riesgo enfrentando a su "némesis", a ese imbécil al que no puedo esperar ver hecho pedazos bajo sus manos, yo estoy acá junto con otros muchos hermanos, tanto de los Hell Demons como de Los Cerberos y Los Hijos del Diablo, esperando el momento justo para ir por la amiga de mi mujer y el misterioso informante que nos habló de esto, que delató a Las Hienas y ha estado ayudando a los Diablos Negros desde hace tiempo. 

Nadie sabe quién es, algunos solo tienen algún recuerdo viejo de "Snake", por lo que ojalá sea alguien listo y se dé a conocer rápido antes de que alguien le dispare. El tatuaje que se supone que debemos buscar, yo lo conozco porque lo he visto en la pierna de mi peliblanca, así que si me lo cruzo podré identificarlo, o eso espero. Como sea, lo primero es lo primero, y eso implica esperar a que empiece el movimiento que nos avise de que ya se hizo la llamada para que entremos en acción e interceptemos su "cargamento". 

Mi teléfono suena y veo que hay un mensaje de Bullet, el cual alerta de movimiento en la entrada. Alzando los binoculares que traigo conmigo, observo la puerta doble del almacén y corroboro que tres camionetas y casi veinte motos se han acomodado frente a ella, parece que todo va de acuerdo a lo planeado. No puedo evitar sonreír ante la perfecta planificación de mi nena, sí que sabe con lo que está lidiando a la perfección. 

En fin, con eso ya en marcha, con la linterna que tengo hago la señal de destellos, la cual es devuelta y lentamente todos empiezan a acercarse hacia los reunidos frente al edificio. Hasta que la chica no aparezca, nadie puede dar siquiera un tiro, no podemos arriesgarnos a que, los que estén adentro con ella, noten la emboscada y la maten estando ahí dentro. Serena me mataría si eso pasa. 

Todo el mundo permanece en alerta, armas en mano, listo para saltar sobre el objetivo en cuanto se dé la orden. Yo me incluyo en ellos, necesito un poco de acción o voy a explotar como siga así. 

El sonido de metal oxidado chirriando a modo de protesta por el movimiento poco frecuente, es la alerta que necesito para saber que ya es momento; mis ojos se fijan en la chapa que se ha movido y de ahí salen cuatro hombres con chaleco de Hienas, los cuales rodean a la que creo que es Medusa, pues no puedo ver su cara por llevar una bolsa negra en su cabeza.

No alcanzo a detallar mucho los rasgos de los que la "escoltan" por la distancia, mas imagino que nuestro informante ha de ser uno de ellos, que no se alejaría de la peliceleste para cuidarla. Mando un mensaje general que dice que tengan cuidado con los escoltas, que seguro uno de ellos es Snake, que esperen a que ella esté dentro de la camioneta para atacar y que en cuanto ella esté a salvo dentro del vehículo, maten a todos los que tengan enfrente si no entran en la descripción que tenemos. 

Los que tienen a Medusa "a su cuidado", parecen discutir entre sí por unos instantes, sin embargo, cuando uno saca un arma y le apunta justo en medio de la frente a otro, los demás retroceden y el de la pistola se mete en la camioneta junto con la peliceleste. En cuanto la puerta se cierra, no hace falta nada más para que, como una lluvia torrencial, las balas vuelen hacia el grupo y muchos de sus miembros caigan entre manchas de escarlata. 

Incluso yo descargo ambos cargadores de mis nueve milímetros en menos de cinco minutos, impactando en todo cuanto se mueve, aunque me alegra decir, que los chicos tienen excelente puntería, pues ni un solo disparo impacta contra el metal del vehículo. 

El ataque es devuelto y muchos de los que aún están vivos nos disparan en represalia, escucho gritos de dolor y veo a algunos caer, no obstante, todo el que es herido, también es auxiliado de inmediato por el más cercano a él, evitando así que algunos mueran por la gravedad de sus heridas.