Pov Líon:
Es hermosa, aún con su nuevo look, es realmente preciosa, no cambia su esencia y yo la puedo sentir, la puedo ver. La he extrañado tanto, y ahora la tengo frente a mí, a solas, atrapada, puedo llegar a ella... al alcance de mis dedos. Sin embargo, no puedo pensar en eso ahora, tengo cosas que descubrir, tengo mucho que quiero saber.
- ¿De qué verdad estás hablando?
- Vos lo sabés perfectamente.
- No, la verdad es que no. Y tampoco entiendo por qué insistís en decir mi nombre con sarcasmo.
- Porque sé que es mentira, que no es ese, no es real.
- ¿De qué estás hablando?
Su postura ahora es firme, a la defensiva y eso me dice que la estoy poniendo incómoda, que puedo llegar a ella, que todavía la afecto. Aferrándome a esa idea y, en el fondo a la esperanza, me acerco lentamente a su persona, siempre manteniéndome entre la puerta y ella, evitando que tenga una vía de escape, en tanto la miro fijo a los ojos, sintiendo de nuevo esa conexión. Sus pupilas sufren una leve dilatación, ¿Serena?
Su respiración se acelera, entre sus labios entreabiertos puedo ver brillar la perla negra de su lengua que oscila tras la argolla del centro de su labio y eso me pone a mil porque recuerdo lo que puede hacer con ella. Estoy tan cerca que siento el calor de su cuerpo, mis dedos pican por tocarla, mas me niego porque sé que soy débil ante su figura, ante ella.
- Sé quién sos en verdad, sé quién fuiste y quién seguís siendo. No obstante, lo que no sé y quiero saber es: ¿por qué sos Pandora ahora? ¿Por qué ya no sos Serena? ¿Qué pasó esa noche? ¿Por qué seguís viva?
- ¿Por qué sigo viva? ¿Por qué no lo estaría? ¿Y de qué noche hablás?
- No intentes despistarme, sabés perfectamente a qué noche me estoy refiriendo, al fuego consumiéndolo todo, el humo ahogándonos y el club cayéndose a pedazos frente y sobre nosotros. La misma noche en la que te despediste de mí y me mentiste diciendo que saldrías, que encontrarías otra forma de escapar del fuego y que volveríamos a estar juntos. Pero, contrario a todo, se suponía que no lo habías conseguido, que el fuego te había ganado y te creíamos muerta, y ahora resulta que estás viva. ¿Cómo es posible? ¿Por qué no volviste? ¿Tenés idea siquiera de lo mucho que he sufrido desde el momento en el que los bomberos me dijeron que habías muerto calcinada? ¡No, no lo sabés porque no estabas ahí!
Sus ojos no muestran nada, su expresión es neutral, como si todo lo que dije se lo hubiera estado contando a otro.
- Necesito la verdad, no puedo más, me he estado reventando la cabeza intentando entender y sacando tantas conclusiones. No todas son buenas, realmente ansío que lo que me digas sea la opción que deseo, porque si no es así...
El silencio se instala nuevamente entre nosotros, pesado y agobiante. Sus tormentosos iris me recorren por completo la cara, como analizándome, y como no diga algo pronto, voy a volverme loco. Finalmente, Serena suspira y se masajea el puente de la nariz, da un par de pasos hacia su escritorio, alejándose de mí y se sienta en él, cruzándose de brazos y volviendo a contemplarme.
- No sé cuál verdad es la que me estás pidiendo, no sé de qué noche estás hablando y tampoco conozco a la chica a la que estás nombrando, pero es obvio que la amaste y que la extrañás, al punto de estás viéndola en mí. Supongo que debo parecerme a ella para que reacciones como lo estás haciendo, sin embargo, eso no quiere decir que lo sea, porque no lo soy y eso no lo puedo cambiar. Enserio lamento no poder ayudarte en eso, perder a quien uno ama nunca es fácil.
- No me mientas.
- No lo estoy haciendo.
- Sí, sí que lo hacés, sos ella, estoy seguro. Salvo por el cambio de imagen como el pelo y la cicatriz (que ya me dirás que te pasó y quién te la hizo para asesinarlo), sos la viva imagen, tus ojos no mienten, podría reconocerte así te hubieras hecho cirugía plástica, ellos no me mienten.

ESTÁS LEYENDO
La Reencarnación de Pandora (Serie Veneno sobre ruedas II)
RomanceCuenta el mito griego, que Pandora fue quien liberó todo el mal que había dentro de una pequeña cajita, dejando caer sobre la humanidad plagas, dolor, sufrimiento, muerte... Ahora, la historia vuelve a repetirse, pero ésta vez, el "mal" no va a sali...