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—Nayeon.—Jeongyeon rodó los ojos por tercera vez. En realidad no tenía caso hacer entrar en razón a Im Nayeon, cuando alguna idea se metía en su cabeza, no había nada ni nadie que pudiera detenerla.

Ni siquiera ella.

Y la prueba de ello era justo ese momento. Ambas se encontraban detrás de las jardineras que tenía aquel centro comercial, vigilando todos y cada uno de los movimientos de su mejor amiga y Dong.

Suspiró con resignación. Ni siquiera sabía el porqué la había acompañado a hacer aquello.

—¿¡Has visto que le ha dado una rosa!?—Exclamó Im sin poder creerse lo que acababa de ver, señalandoles combos mano desde una distancia prudente.

—Si, Nayeon.— Se cruzó de brazos, comenzaba a cansarse de la actitud tan sobre-protectora que estaba comenzando a adoptar.—¿Y eso que tiene de malo?

—Nada.—La mayor se quedó en silencio un momento.—Pero...— Intentó alegar otra vez pero al ver que Yoo arrancaba una de las flores de la jardinera volvió a callar.

—Si yo te regalara esta pequeña flor.—Comenzó a decir sin despegar la vista de aquel brote.—¿La rechazarias?—Preguntó apartando la vista finalmente y mirándole.

—¿Pero qué cosas dices?—La castaña parecía hasta ofendida con aquel cuestionamiento.

—¿La rechazarias?—Volvió a preguntar, ejerciendo más presión en la otra.

—¡Por supuesto que no!—Hizo un puchero al entender el punto al que quería llegar.—Pero que quede claro que ese tipo no me agrada.

La otra rió amargamente.

—¿No te agrada él o la idea de lo que pueda pasar con nosotras después?—Le miró inquisitiva.—Mina siempre va a estar a nuestro lado, que le guste otra persona no la va a alejar.

—Simplemente me preocupa que la lastimen de nuevo.—Apretó los labios, formando una línea recta.—No soportaría verla rota otra vez.

—No pasará.—Aseguró Jeongyeon acariciando ambos brazos de Nayeon en un intento de recomfortarle.—Nosotras estaremos a tiempo para sostenerla antes de que se rompa.

Las lágrimas de Nayeon dejaron en claro que ya no estaba de ánimos para nada, y conociendola lo que mejoraría su estado de ánimo era sólo una cosa: los caramelos.

—Vamos.— Se levantó y le extendió la mano para que ella también se levantara.—Te compraré dulces para que cambies ese horrible llanto a una linda sonrisa otra vez.

Una vez Nayeon dejó de llorar y comoraron sus caramelos favoritos se sentaron nuevamente en las jardineras.

—Seguramente ese tal Dong la amenaza para que nuestra Minari sea atenta con él.—Siguió con su discurso la castaña con una cara de horror en su rostro, como si en verdad lo creyera.

—Y volvemos a lo mismo.—Negó con la cabeza. Nayeon nunca cambiaría.—Simplemente le agrada el tipo y ya.

—¿Te estás poniendo del lado del enemigo?—Le miró frunciendo su ceño y llevando una mano a su pecho como muestra de indignación.

—No me estoy poniendo del lado de nadie. Tu le cambias el significado a mis palabras—Se encogió de hombros la de pelo corto.—Eres toda una melodramática ¿Sabías?

Im se cruzó de brazos y desvió su mirada hacia al lado contrario de donde se encontraba la.contraria.

—¿Ahora me vas a ignorar?—Rió ante su ctitud tan infantil.

Su mirada cayó en el brote que había arrancado hace unos minutos. Lo recogió y se lo tendió a Nayeon.

—Sin duda estaría de tu lado, conejita.— Y besando su mejilla comenzó a caminar hacia la salida.

—¡E-Espera!—Al percatarse de ello, la castaña se levantó igualmente y con las mejillas azoradas trastabilló hasta llegar a la altura de la menor.

Yoo Jeongyeon no era de ser afectuosa ni siquiera con sus amigas.

Pero todo era diferente cuando se trataba de ella.

De su linda conejita.

boyfriend ➳ michaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora