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—¡Oh vamos!—Clamó con exasperación Jeongyeon cuando al cruzar la puerta de su apartamento su mayor se había dirigido directo a la cocina ignorando su insignificante y mundana presencia.—¿Enserio no me vas a dirigir la palabra?

Desesperada.

Esa era la única palabra que se le venía a la cabeza para describir su estado de ánimo y era que,desde ese día por la mañana Nayeon no le había mirado siquiera.

Porque estaba molesta.

Y no entendía la razón pues que ella recordara no había hecho nada malo como para que estuviera en ese estado.

Cerró la puerta soltando un pesado suspiro y rápidamente se encaminó hacia donde esperaba se encontrara Im, encontrandole husmeando en la nevera, corroborando si quedaba algo de helado.

La castaña le dedicó una leve mirada arrugando de una manera casi imperceptible la nariz exasperada por la insistencia de su compañera de trabajo.

En estos momentos maldecía el haberse mudado al departamento de la menor porque así no podría desahogarse a su gusto con un buen tarro de helado y películas viejas.

—Conejita.—La de cabellos cortos le llamó en tono suplicante. Odiaba el que le trataran así, especialmente si ese trato venía por parte de Im Nayeon.—¿Por qué estás enojada conmigo?

La mencionada cerró con algo de brusquedad la puerta de la nevera y se dirigió esta vez a la habitación que por desgracia ambas compartían, siendo seguida por la otra.

—Que sepas que me voy a quedar aquí hasta que salgas de ahí, Im Nayeon.—Amenazó mientras intentaba abrir la puerta de su habitación sin éxito, la mayor había trancado la puerta.

Yoo se recargó en la pared a un lado de la puerta y se dejó caer lentamente hasta tocar el suelo, dispuesta a esperar el tiempo necesario para hablar.

Pasaron un par de horas y cuando el pasillo se encontró sumergido en un silencio sepulcral la castaña se dignó a abrir la puerta, topandose con su amiga durmiendo en una posición no muy cómoda en el piso. Quiso reír cuando notó que de una de las esquinas de sus labios se asomaba un fino hilo de saliva pero se contuvo.

Sí, esa era la chica por la que estaba loca.

Negó con la cabeza a la vez que con pasos sigilosos se encaminaba hacia la puerta.

Necesitaba pensar, y no podía hacerlo con Yoo Jeongyeon siguiendole 24/7 ¿Verdad?

Salió del departamento obligándose a no mirar atrás, porque sabía que si lo hacía se arrepentiría y regresaría corriendo a sus brazos, llorando como un bebé.

Caminó por la acera sin rumbo con una oleada de pequeños fragmentos de recuerdos sofocandole.

"Me gusta una chica."

"Es muy linda, y tiene una voz increíble."

"Me encanta molestarle porque sus expresiones son adorables"

Estaba molesta, si, pero la causa de ello no era precisamente Jeongyeon, sino que era por ella.

Porque no podía hacer cambiar sus sentimientos, en esta ruleta rusa no se decide de quien nos enamoramos.

Por más que su piel ardiera a cualquier contacto con su menor y su corazón latiera como loco cada vez que pensaba en ella, no podía ser egoísta.

Porque ella le amaba demasiado como para serlo.

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4/4

boyfriend ➳ michaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora